En 2025, el Consejo de la Unión Europea aprobó la última regulación contra el blanqueo de capitales (AML): el Reglamento de Prohibición de Efectivo de la UE, que unifica la prohibición de pagos en efectivo superiores a 10 000 €. Cualquier comerciante, entidad o persona que realice una transacción en efectivo por encima de este límite deberá utilizar un banco o un canal de pago autorizado. Además, la UE creará un nuevo organismo supervisor —la Autoridad para la Lucha contra el Blanqueo de Capitales (AMLA)— que será plenamente operativa en 2026 y ofrecerá una supervisión unificada de los pagos transfronterizos y de los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASP).
Esto representa un giro hacia una supervisión más estricta tanto de las transacciones en efectivo anónimas como de ciertos pagos cripto anónimos.
El objetivo de la UE es combatir el blanqueo de capitales, la evasión fiscal y la financiación del terrorismo. El efectivo, al no ser rastreable, ha sido durante años una herramienta clave en actividades de blanqueo. La Comisión Europea sostiene que las grandes operaciones en efectivo suelen ocultar fondos ilícitos, mientras que los pagos electrónicos dejan un rastro auditable.
Sin embargo, los detractores consideran que esta política fomenta indirectamente una “sociedad sin efectivo”. Algunos defensores de la privacidad argumentan que obligará al público a depender de bancos centralizados y podría socavar la autonomía financiera individual.
Con el endurecimiento de las restricciones sobre el efectivo, el mercado se centra cada vez más en los criptoactivos. Desde el punto de vista regulatorio, la UE distingue dos grandes categorías:
El nuevo marco AML exige expresamente que los exchanges y los proveedores de wallets apliquen KYC (Know Your Customer) y reporten transacciones sospechosas. Esto eleva notablemente el umbral para las transferencias anónimas.
A su vez, la trazabilidad de la blockchain ha llevado a algunos reguladores a considerar que las transacciones cripto conformes pueden llegar a ser más seguras que el propio efectivo.

Figura: https://www.gate.com/trade/USDC_USDT
A medida que el efectivo se restringe, las stablecoins se perfilan como grandes beneficiadas. Según el marco regulatorio MiCA (Markets in Crypto-Assets) de la UE, los emisores de stablecoins que obtengan licencia podrán facilitar legalmente pagos transfronterizos y liquidaciones comerciales.
Por ejemplo:
Por tanto, en el futuro, las compras en países como Francia o Alemania podrían realizarse mediante wallets Web3 conformes, en lugar de efectivo.
El Reglamento de Prohibición de Efectivo AML de la UE no solo limita el uso de efectivo, sino que establece un nuevo marco para los pagos digitales y el ecosistema cripto. A medida que las transacciones en efectivo se reduzcan, tanto usuarios como empresas buscarán alternativas digitales más seguras y eficientes. Esto abre oportunidades regulatorias para las stablecoins, los pagos on-chain y la infraestructura financiera Web3, al tiempo que eleva el estándar de cumplimiento para los proyectos.
En los próximos años, la UE será el escenario de referencia para la convergencia entre la regulación cripto y las finanzas tradicionales. Para los inversores, comprender las tendencias regulatorias y apostar por un blockchain más transparente representará la auténtica “nueva oportunidad en la era del anti-blanqueo de capitales”.





