En la internet tradicional y en plataformas Web2, el UID (User ID) es un identificador único—normalmente una secuencia de cifras o letras—que distingue a cada usuario.
Por ejemplo, al crear una cuenta en una red social, el sistema asigna automáticamente un UID. Este UID actúa como tu identidad digital. En el sector de las criptomonedas y blockchain, el UID es igual de imprescindible. Tanto en los exchanges, como en aplicaciones descentralizadas (DApps) o DAOs, el UID constituye el vínculo fundamental entre el usuario y la plataforma. Cada acción queda registrada y correctamente atribuida.
En blockchain y Web3, el UID es mucho más que un número de cuenta; cumple funciones clave:
A menudo se confunde el UID con la dirección de billetera blockchain, pero son conceptos distintos:
En resumen, el UID equivale a un documento de identidad asignado por la plataforma, mientras que la dirección de billetera se asemeja a una cuenta bancaria en la blockchain.
La mayoría de los exchanges centralizados asignan UIDs y les dan diferentes usos:
El UID responde a uno de los grandes retos del entorno descentralizado: la gestión de identidad. Para quienes empiezan, el uso de direcciones largas de billetera puede resultar complejo. El UID simplifica el inicio en el mundo cripto. Además, los UIDs funcionan como pasaportes digitales entre plataformas. Según evolucionan los protocolos DID y cross-chain, el UID puede convertirse en un elemento base del sistema de identidad en Web3.
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En el ámbito cripto y blockchain, el UID es el identificador único de cada usuario. Permite a las plataformas distinguir usuarios, proteger transacciones y consolidar sistemas de identidad robustos para Web3. El uso del UID se expande en CEX, DeFi, DAOs y el metaverso. Aunque la privacidad y la centralización generan debates, la adopción de protocolos DID y de identidad descentralizada señala un futuro prometedor para el UID.