En los últimos años, las stablecoins se han consolidado silenciosamente como uno de los impulsores más relevantes y dinámicos del mercado cripto. Impulsan desde pagos y liquidaciones internacionales hasta pruebas regulatorias, y hoy constituyen la infraestructura esencial para la circulación de activos digitales.
Este año señala un auténtico antes y después: los principales emisores de stablecoins han dejado de conformarse con operar sobre blockchain existentes, y han pasado a construir sus propias redes. En agosto, Circle lanzó Arc; poco después, Stripe presentó Tempo. El hecho de que los dos grandes referentes del sector hayan apostado por este movimiento, revela una estrategia de fondo especialmente significativa.
¿Por qué necesitan las stablecoins blockchains dedicadas? ¿Existe aún espacio para usuarios minoristas en un ecosistema cada vez más orientado a empresas? Y, al tomar las redes de stablecoin el control de los carriles de pagos, ¿qué implicaciones tiene esto para cadenas generalistas como Ethereum y Solana?
Este artículo analiza cuatro cuestiones clave:
Mientras Ethereum y Solana centran su actividad en aplicaciones descentralizadas, las blockchains de stablecoin se diseñan pensando en pagos y liquidación.
Sus principales señas de identidad son:
En pocas palabras, las blockchains de stablecoin representan un modelo verticalmente integrado, controlando desde la emisión y el clearing hasta la capa de aplicaciones. El dominio de cada paso crítico lo tiene el propio emisor. Arrancar la red es un reto (“cold start”), pero a largo plazo, recompensan con escala e influencia.
El lanzamiento de Arc por parte de Circle, el segundo mayor emisor mundial de stablecoins, era cuestión de tiempo. El crecimiento de USDC es enorme, pero sus comisiones dependen de la volatilidad de Ethereum y otras cadenas. Arc plasma la visión de Circle: una “capa de liquidación” creada a medida.
Arc destaca por tres pilares:
Arc va más allá de lo técnico: supone el salto de Circle para convertirse en el pilar de la infraestructura financiera global.
Stripe y Paradigm incuban Tempo con una misión clara: en la era de las stablecoin, la infraestructura de pagos debe evolucionar. Las cadenas tradicionales presentan comisiones imprevisibles, problemas de escalabilidad o un diseño demasiado “cripto” para su adopción global. Tempo ataca el problema de raíz.
Tempo ofrece:
Entre sus socios figuran Visa, Deutsche Bank, Shopify y OpenAI, posicionando Tempo como red abierta de pagos en dólares y no un simple complemento para una stablecoin. Si logra éxito, podría inaugurar el modelo “on-chain payroll”.
El enfoque de Tempo sobre pagos plantea dudas en cuanto a la descentralización. Por ahora, se parece más a una cadena de consorcio que pública, con nodos restringidos y menor dispersión.
Stable, de Bitfinex y USDT0, se ha diseñado expresamente para pagos USDT, facilitando un flujo financiero diario eficiente.
Sus claves de diseño:
La prioridad es la adopción real: facilitar pagos USDT sin fricciones para empresas, comercios y instituciones.
Plasma plantea un enfoque radical. Como sidechain de Bitcoin, aprovecha la seguridad de BTC, pero está orientada a pagos con stablecoins.
Sus diferencias clave:
En julio, la venta pública de Plasma para $XPL recaudó más de 373 millones de dólares, con una demanda que superó la oferta siete veces—impulso para la adopción inicial.
Frente a otras cadenas centradas en pagos y liquidación con stablecoins, Converge busca aunar activos reales (RWA) y DeFi en una sola red.
Sus prioridades esenciales:
Converge explora cómo grandes capitales pueden entrar en cripto de forma eficiente y segura. Sus socios incluyen Aave, Pendle, Morpho y plataformas como Securitize.
Arc y Stable apuestan por el control de sus activos; Tempo y Plasma son neutrales y admiten varias monedas; Converge está diseñada para instituciones y RWA. Cada red sigue su propia estrategia, pero todas buscan pagos fiables, liquidez ágil y cumplimiento sin fricciones.
Estas tendencias marcan el futuro de las blockchains de stablecoin:
La aparición de redes nativas de emisores desafía directamente a las blockchains de uso general como Ethereum y Solana.
Las stablecoin blockchains se diseñan para pagos y resultan idóneas para usos de alta frecuencia y bajo riesgo (nóminas internacionales, remesas), mucho más eficientes que Ethereum o Solana. El mayor impacto se espera en TRON, que depende en más de un 99 % de USDT y lidera los volúmenes de emisión. Si la cadena Stable de Tether triunfa, TRON podría perder rápidamente su ventaja.
Sin embargo, hay quien sostiene que estas “cadenas especializadas en pagos” no son blockchains plenas. Una verdadera descentralización atraería proyectos y tokens ajenos, provocando congestión; en cambio, limitar su uso a pagos las hace tan básicas como Bitcoin (solo transferencias) o parcialmente centralizadas, con solo unos pocos nodos institucionales. El reto es equilibrar descentralización y eficiencia de pagos.
Por eso, Ethereum y Solana mantienen su posición. Ethereum es sinónimo de seguridad y composibilidad, con una comunidad imbatible de desarrolladores. Solana destaca por velocidad y experiencia de usuario. Lo más probable es que las stablecoin blockchains dominen la liquidación, y ETH/SOL sigan siendo el núcleo de la innovación financiera abierta.
Las redes de stablecoin priorizan a empresas, pagos y sistemas de custodia y clearing, más que recompensas directas a minoristas.
Sin embargo, los usuarios con experiencia aún disponen de vías de participación:
Incentivos de ecosistema: Nuevas cadenas lanzan campañas, grants y recompensas de trading. Estate atento a próximos comunicados.
Staking de nodos: Los usuarios técnicos pueden participar en validación y staking de nodos. En el caso de Converge, es preciso hacer staking de ENA.
Testnets: Los primeros testers suelen obtener airdrops. ARC podría lanzar su testnet pública este otoño. Stable, Plasma y Tempo ya tienen testnet en marcha.
Posicionamiento a largo plazo: Si crees en el modelo de stablecoin blockchain, puedes plantearte una inversión a largo plazo—siguiendo la evolución de compañías como Circle o Coinbase.
Plasma merece especial mención: en julio, su venta pública de $XPL superó 7 veces la demanda y recaudó más de 370 millones de dólares. La siguiente ronda de airdrop de Binance se agotó en solo una hora. Incluso en un entorno dominado por instituciones, los minoristas que entran rápido pueden salir beneficiados.
Las stablecoin blockchain no van a revolucionar el sector cripto de la noche a la mañana. Su impacto se nota en la trastienda: liquidaciones más ágiles, comisiones estables e integración regulatoria sin fricciones.
Puede que a simple vista la narrativa resulte menos mediática, pero estas redes están cimentando la base de las stablecoins—auténticas “utilities” de la economía digital. Cambiar el foco del “precio del token” a “cómo circula el dinero” revela la verdadera lógica:
Las blockchains de stablecoin tienen potencial para convertirse en la gran historia del próximo mercado alcista. Si algún proyecto cumple los tres requisitos, será mucho más que una red: podría ser la columna vertebral de la nueva finanza cripto.