En la vida real, a menudo se pregunta: si alguien necesita urgentemente dinero para salvar su vida, ¿prestarías? Muchas personas sienten que no prestar es demasiado insensible, pero este pensamiento a menudo es un chantaje moral. Las personas racionales primero deben preguntarse: ¿estoy dispuesto a asumir el costo? Si se rechaza, se debe admitir que la otra persona podría tener problemas como resultado y que en el futuro podría no recibir ayuda; si se puede aceptar tranquilamente, esa es una elección consciente. En cuanto a la promesa de que en el futuro definitivamente te ayudaré, generalmente no es confiable. Quienes realmente entienden las reglas comprenden que el mundo siempre ha estado lleno de competencia y crueldad, la humanidad gobierna la Tierra a través de la inteligencia y la calma, no por la bondad. Desde el momento de la fecundación, es la competencia entre cientos de millones de espermatozoides. Sin embargo, el interés propio racional no equivale a ser indiferente o insensible. Ayudar a los demás a veces también es una inversión a largo plazo, puede acumular confianza y conexiones; la satisfacción que proviene de las emociones también es un beneficio. La sociedad también necesita un cierto grado de ayuda mutua, de lo contrario, las reglas y la confianza se derrumbarán, lo que no beneficiará a nadie. La clave es medir claramente los riesgos y las capacidades: la bondad dentro del alcance de uno es racional y valiosa. El estándar central para medir el comportamiento debe ser: ¿se alinea con los intereses a largo plazo de uno mismo, sin ser atrapado ciegamente por ilusiones morales?
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En la vida real, a menudo se pregunta: si alguien necesita urgentemente dinero para salvar su vida, ¿prestarías? Muchas personas sienten que no prestar es demasiado insensible, pero este pensamiento a menudo es un chantaje moral. Las personas racionales primero deben preguntarse: ¿estoy dispuesto a asumir el costo? Si se rechaza, se debe admitir que la otra persona podría tener problemas como resultado y que en el futuro podría no recibir ayuda; si se puede aceptar tranquilamente, esa es una elección consciente. En cuanto a la promesa de que en el futuro definitivamente te ayudaré, generalmente no es confiable. Quienes realmente entienden las reglas comprenden que el mundo siempre ha estado lleno de competencia y crueldad, la humanidad gobierna la Tierra a través de la inteligencia y la calma, no por la bondad. Desde el momento de la fecundación, es la competencia entre cientos de millones de espermatozoides. Sin embargo, el interés propio racional no equivale a ser indiferente o insensible. Ayudar a los demás a veces también es una inversión a largo plazo, puede acumular confianza y conexiones; la satisfacción que proviene de las emociones también es un beneficio. La sociedad también necesita un cierto grado de ayuda mutua, de lo contrario, las reglas y la confianza se derrumbarán, lo que no beneficiará a nadie. La clave es medir claramente los riesgos y las capacidades: la bondad dentro del alcance de uno es racional y valiosa. El estándar central para medir el comportamiento debe ser: ¿se alinea con los intereses a largo plazo de uno mismo, sin ser atrapado ciegamente por ilusiones morales?