Aquellas personas que generan alegría a primera vista suelen llevar consigo un aura pura. Han dejado de lado la superficialidad del mundo, han lavado lo artificial y solo queda su esencia simple y elegante. Su dignidad es contenida y no se irritan, su nobleza es profunda y no ostentan; esta paz que emana de su interior es la cualidad más elevada. Los antiguos decían: "La apariencia nace del corazón". La pureza del interior eventualmente se reflejará en el rostro, y la tranquilidad del campo magnético naturalmente resulta cómoda. Tales personas no necesitan actuar de manera ostentosa, al estar allí, son un paisaje que brinda calma. Aquellos con un profundo mérito secreto verán cambiar su destino. Hacer el bien no necesita ser conocido; acumular virtudes es algo que el cielo reconoce. Cuando las buenas acciones se acumulan hasta cierto punto, pueden romper las limitaciones innatas y reescribir la trayectoria del destino. Por lo tanto, el sabio cultiva la virtud y no la apariencia, nutre el corazón y no la técnica. El verdadero cambio nunca radica en la apariencia o la geomancia, sino en las pequeñas acciones de bondad. Mantén buenos pensamientos, expresa buenas palabras, realiza buenas acciones, y con el tiempo, la calidad se elevará y el destino cambiará. Esto podría ser el profundo significado de lo que los antiguos llamaban 'el mérito secreto es abundante, y los cinco elementos son difíciles de restringir'.
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Aquellas personas que generan alegría a primera vista suelen llevar consigo un aura pura. Han dejado de lado la superficialidad del mundo, han lavado lo artificial y solo queda su esencia simple y elegante. Su dignidad es contenida y no se irritan, su nobleza es profunda y no ostentan; esta paz que emana de su interior es la cualidad más elevada. Los antiguos decían: "La apariencia nace del corazón". La pureza del interior eventualmente se reflejará en el rostro, y la tranquilidad del campo magnético naturalmente resulta cómoda. Tales personas no necesitan actuar de manera ostentosa, al estar allí, son un paisaje que brinda calma. Aquellos con un profundo mérito secreto verán cambiar su destino. Hacer el bien no necesita ser conocido; acumular virtudes es algo que el cielo reconoce. Cuando las buenas acciones se acumulan hasta cierto punto, pueden romper las limitaciones innatas y reescribir la trayectoria del destino. Por lo tanto, el sabio cultiva la virtud y no la apariencia, nutre el corazón y no la técnica. El verdadero cambio nunca radica en la apariencia o la geomancia, sino en las pequeñas acciones de bondad. Mantén buenos pensamientos, expresa buenas palabras, realiza buenas acciones, y con el tiempo, la calidad se elevará y el destino cambiará. Esto podría ser el profundo significado de lo que los antiguos llamaban 'el mérito secreto es abundante, y los cinco elementos son difíciles de restringir'.