Una persona, que se siente intensa y extremadamente insegura, puede volverse inexplicablemente muy grosera. Como un erizo, está llena de espinas y no entiende en absoluto las palabras amables o los cumplidos.
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Una persona, que se siente intensa y extremadamente insegura, puede volverse inexplicablemente muy grosera. Como un erizo, está llena de espinas y no entiende en absoluto las palabras amables o los cumplidos.