No es que te quieran, es que te están domesticando. Crees que es intimidad, cuidado, bromas, dependencia, pero en realidad te están entrenando para que seas más obediente, más sumiso, y sin límites. Es como entrenar a un perro; primero interrumpen cuando hablas, ven si te callas, te envían mensajes a medianoche para ver si respondes de inmediato, poco a poco comienzan a hacer que lleves comida, que hagas cosas por ellos, que asumas la culpa. Si no te niegas una vez, ellos aumentan la apuesta una vez más, hasta que pierdes por completo la capacidad de resistir. En la realidad, el sistema de prueba de obediencia más encubierto y eficiente induce a renunciar a tus límites con elogios, controla tus emociones con el silencio, desgasta tu voluntad con pequeñas cosas. Manipula tu comportamiento con humillaciones sociales. No es que tengas un carácter débil, ni que no sepas decir que no, es que no tienes idea de que has estado siendo domesticado y manipulado. Reconoce estas trampas, escapa de la vida que te han impuesto, toma control de tus emociones, ritmo y límites, y recupera el control de tu vida. Si alguna vez has tenido esos momentos en los que, a pesar de no querer hacer algo, no puedes decir que no, y otros te dicen que no pasa nada, que solo están de paso. Siempre dando, pero nunca siendo realmente valorado, entonces debes entenderlo, no para contraatacar, sino para no ser más domesticado con suavidad.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
No es que te quieran, es que te están domesticando. Crees que es intimidad, cuidado, bromas, dependencia, pero en realidad te están entrenando para que seas más obediente, más sumiso, y sin límites. Es como entrenar a un perro; primero interrumpen cuando hablas, ven si te callas, te envían mensajes a medianoche para ver si respondes de inmediato, poco a poco comienzan a hacer que lleves comida, que hagas cosas por ellos, que asumas la culpa. Si no te niegas una vez, ellos aumentan la apuesta una vez más, hasta que pierdes por completo la capacidad de resistir. En la realidad, el sistema de prueba de obediencia más encubierto y eficiente induce a renunciar a tus límites con elogios, controla tus emociones con el silencio, desgasta tu voluntad con pequeñas cosas. Manipula tu comportamiento con humillaciones sociales. No es que tengas un carácter débil, ni que no sepas decir que no, es que no tienes idea de que has estado siendo domesticado y manipulado. Reconoce estas trampas, escapa de la vida que te han impuesto, toma control de tus emociones, ritmo y límites, y recupera el control de tu vida. Si alguna vez has tenido esos momentos en los que, a pesar de no querer hacer algo, no puedes decir que no, y otros te dicen que no pasa nada, que solo están de paso. Siempre dando, pero nunca siendo realmente valorado, entonces debes entenderlo, no para contraatacar, sino para no ser más domesticado con suavidad.