El miedo a perder provoca nerviosismo, pero el deseo de ganar no lo hace. La verdadera fuerza no proviene del miedo al fracaso, sino de la concentración y el amor hacia el objetivo mismo.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El miedo a perder provoca nerviosismo, pero el deseo de ganar no lo hace. La verdadera fuerza no proviene del miedo al fracaso, sino de la concentración y el amor hacia el objetivo mismo.