El Web3, o el Internet descentralizado como también se le llama, se supone que es nuestra salvación frente a los gigantes tecnológicos que nos sofocan. Me he sumergido en este mundo, y francamente, es a la vez fascinante y frustrante.
Esta nueva versión de Internet se basa en la blockchain y los contratos inteligentes. ¿La idea? Deshacernos de los intermediarios y de esas mega-corporaciones que se benefician de nuestros datos. Bonita promesa, ¿verdad? Pero tengo mis dudas.
¿Para qué sirve realmente el Web3?
En teoría, debe "responsabilizarnos". Mientras que el Web2 nos ha transformado en productos, con nuestros datos personales vendidos al mejor postor, el Web3 nos promete recuperar el control. ¡Nuestros datos, nuestra identidad digital, nuestros activos - todo eso finalmente nos pertenecería!
Pero seamos honestos. ¿Cuántos de nosotros realmente entendemos cómo funciona la blockchain? Estos proyectos siguen siendo demasiado técnicos para el usuario medio. Y luego, las plataformas llamadas "descentralizadas" a menudo terminan reproduciendo las mismas estructuras de poder.
He probado varias aplicaciones Web3, y la experiencia del usuario aún deja mucho que desear. ¡Sin mencionar el consumo energético de algunos protocolos! ¿Salvamos Internet pero matamos el planeta?
Lo peor es que detrás de estos hermosos discursos sobre la descentralización a veces se esconden inversores ávidos que buscan la próxima jugada especulativa. Irónico para un movimiento que dice combatir la avaricia de los GAFAM...
Sigo curioso, pero desconfiado. El Web3 podría revolucionar nuestra relación con lo digital, pero también podría ser solo otra burbuja tecnológica más.
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¿Qué es Web3? Mi mirada descentralizada sobre el futuro de la red
El Web3, o el Internet descentralizado como también se le llama, se supone que es nuestra salvación frente a los gigantes tecnológicos que nos sofocan. Me he sumergido en este mundo, y francamente, es a la vez fascinante y frustrante.
Esta nueva versión de Internet se basa en la blockchain y los contratos inteligentes. ¿La idea? Deshacernos de los intermediarios y de esas mega-corporaciones que se benefician de nuestros datos. Bonita promesa, ¿verdad? Pero tengo mis dudas.
¿Para qué sirve realmente el Web3?
En teoría, debe "responsabilizarnos". Mientras que el Web2 nos ha transformado en productos, con nuestros datos personales vendidos al mejor postor, el Web3 nos promete recuperar el control. ¡Nuestros datos, nuestra identidad digital, nuestros activos - todo eso finalmente nos pertenecería!
Pero seamos honestos. ¿Cuántos de nosotros realmente entendemos cómo funciona la blockchain? Estos proyectos siguen siendo demasiado técnicos para el usuario medio. Y luego, las plataformas llamadas "descentralizadas" a menudo terminan reproduciendo las mismas estructuras de poder.
He probado varias aplicaciones Web3, y la experiencia del usuario aún deja mucho que desear. ¡Sin mencionar el consumo energético de algunos protocolos! ¿Salvamos Internet pero matamos el planeta?
Lo peor es que detrás de estos hermosos discursos sobre la descentralización a veces se esconden inversores ávidos que buscan la próxima jugada especulativa. Irónico para un movimiento que dice combatir la avaricia de los GAFAM...
Sigo curioso, pero desconfiado. El Web3 podría revolucionar nuestra relación con lo digital, pero también podría ser solo otra burbuja tecnológica más.