Enojarse es castigar a uno mismo por los errores de los demás. Preocuparse es atormentarse a uno mismo por las propias faltas. Arrepentirse es destruirse a uno mismo con recuerdos inevitables. La ansiedad es asustarse a uno mismo con riesgos virtuales. Tener miedo a la soledad es encarcelarse a uno mismo en una prisión autoimpuesta. La inferioridad es desacreditarse a uno mismo con las virtudes de los demás. Al deshacerse de todo esto, te sentirás mucho más fácil.
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Enojarse es castigar a uno mismo por los errores de los demás. Preocuparse es atormentarse a uno mismo por las propias faltas. Arrepentirse es destruirse a uno mismo con recuerdos inevitables. La ansiedad es asustarse a uno mismo con riesgos virtuales. Tener miedo a la soledad es encarcelarse a uno mismo en una prisión autoimpuesta. La inferioridad es desacreditarse a uno mismo con las virtudes de los demás. Al deshacerse de todo esto, te sentirás mucho más fácil.