Cuando crezcas, entenderás que la edad te brinda claridad. Muchas cosas al final no se resuelven, sino que simplemente no pueden resolverse, y al final solo puedes entender o dejarlo pasar. Sabes que muchas cosas son inevitables, inalterables, y lo único que podemos hacer es aceptar con tranquilidad. Cuando eres joven, siempre piensas en cambiar el mundo, pero al llegar a cierta edad te das cuenta de que ni siquiera puedes cambiarte a ti mismo, te sientes impotente ante demasiadas cosas. Muchas cosas no se resuelven, sino que se ven con más claridad, se aceptan, se reconoce tu propia impotencia y pequeñez.
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Cuando crezcas, entenderás que la edad te brinda claridad. Muchas cosas al final no se resuelven, sino que simplemente no pueden resolverse, y al final solo puedes entender o dejarlo pasar. Sabes que muchas cosas son inevitables, inalterables, y lo único que podemos hacer es aceptar con tranquilidad. Cuando eres joven, siempre piensas en cambiar el mundo, pero al llegar a cierta edad te das cuenta de que ni siquiera puedes cambiarte a ti mismo, te sientes impotente ante demasiadas cosas. Muchas cosas no se resuelven, sino que se ven con más claridad, se aceptan, se reconoce tu propia impotencia y pequeñez.