La interfaz cerebro-computadora acaba de mejorar de la manera más inesperada. Un paciente con un implante neural logró escribir código Arduino únicamente a través de señales de pensamiento, y luego lo llevó más lejos al pilotar un avión RC programado a medida. Todo el flujo de trabajo—desde la codificación hasta el control de vuelo—ocurrió a través de la interfaz del implante. Esto ya no es solo una demostración en laboratorio. Estamos viendo cómo surgen aplicaciones del mundo real de la tecnología neural, donde las personas están creando y controlando sistemas de hardware directamente con sus mentes. La brecha entre pensar en algo y hacerlo realidad se está reduciendo rápidamente.