Ayer aún se lamentaba la “masacre del 1 de diciembre”, hoy BTC ha recuperado directamente los 92.000 dólares y ETH vuelve a rozar los 3.000; este giro de guion es más radical que en una película.

La repentina recuperación del mercado esconde dos líneas ocultas.

Primero, el cambio de actitud en el círculo de las finanzas tradicionales. Vanguard, conocida por su postura conservadora y reacia a los criptoactivos, ha anunciado de repente que sus 8 millones de clientes propios pueden operar con el ETF de bitcoin de BlackRock. Hay que saber que esta gestora, que maneja billones de dólares, antes mantenía una postura de “respeto pero distancia” frente a las criptomonedas. Inmediatamente, Bank of America publica un informe recomendando asignar entre el 1% y el 4% de la cartera a activos digitales; no son minoristas los que lo sugieren, son instituciones de Wall Street cambiando el rumbo.

La señal más explosiva viene del ámbito político. Trump ha insinuado abiertamente que Hassett podría ser el próximo presidente de la Reserva Federal; este “paloma entre palomas” no solo ha criticado en varias ocasiones al actual presidente Powell por bajar los tipos de interés demasiado despacio, sino que además posee acciones de Coinbase. El mercado ha olido rápidamente el aroma de políticas expansivas: la Fed acaba de confirmar que detiene el endurecimiento cuantitativo y, si realmente llega al mando alguien favorable a las criptomonedas, una vez que se abra la compuerta de la liquidez, tomando como referencia el anterior ciclo de tipos cero en el que BTC se disparó de unos pocos miles hasta los 69.000 dólares, el margen de imaginación es enorme.

El efecto dominó también es evidente: el Nasdaq subió anoche un 0,59%; las tecnológicas y las criptomonedas resonaron al unísono, e incluso el pánico por la subida de tipos del Banco de Japón quedó sofocado.

La situación ahora está clara: el dinero institucional está entrando a mayor velocidad y las expectativas políticas se están volviendo favorables. La supuesta “caída brusca” parece más bien estar despejando el camino para una nueva subida.

Pero surge la pregunta: ¿este rebote es solo una corrección técnica a corto plazo o el inicio de un nuevo ciclo? ¿Podrá BTC volver a desafiar los 100.000 dólares este año? Es posible que el mercado nos dé la respuesta antes de lo que imaginamos.