Últimamente he visto a varios influencers promocionando acciones de forma exagerada, con datos tan absurdos que hacen dudar de la realidad.

Una empresa que ni siquiera llega a 10.000 millones de ingresos anuales, y el influencer suelta así como así: ¡han conseguido pedidos por 45.000 millones! Y como si no fuera suficiente, añade otros 5.000 millones más.

Pero lo mejor viene después: dicen que necesitan construir cuatro nuevas fábricas para poder hacer frente a esos pedidos. La empresa apenas tiene un valor bursátil de unos 10.000 millones, ¿y el volumen de pedidos se dispara hasta los 50.000 millones?

Estos cálculos no pasan ni una clase de matemáticas de primaria. Que la capitalización bursátil y el tamaño de los pedidos estén tan descompensados, ¿es vender humo para mantener la ilusión o simplemente una estafa para sacar dinero a los pequeños inversores?

Cada uno que valore por sí mismo, pero no os dejéis engañar por el juego de los números.