#ETH巨鲸增持 Cuando el saldo de su cuenta bajó a poco más de tres mil, incluso hablar le hacía sentir inseguro. No es que no hubiera ganado dinero antes, el problema era que cada vez que ganaba se volvía arrogante: veía una subida y se lanzaba, si se quedaba atrapado aguantaba hasta el final, y así, ida y vuelta, acabó agotando todo su capital.
Un día, de repente, lo entendió: tenía que cambiar de estrategia.
Dejó de perseguir tendencias calientes y de adivinar subidas o bajadas. Primero redujo drásticamente su posición, y aunque sentía la tentación, solo utilizaba una pequeña parte para probar suerte. ¿El mercado daba una señal clara? Solo entonces aumentaba poco a poco la apuesta.
Con este cambio, la cuenta empezó a hablar por sí sola.
En la primera operación, siguió la debilidad del mercado y abrió una posición corta, entrando y saliendo con decisión. En la segunda, un valor líder subió de repente, pero se contuvo y no persiguió la subida; esperó a que se confirmara la corrección antes de entrar y se llevó todo el beneficio. En la tercera, varias altcoins corrigieron al mismo tiempo, y él ya tenía preparados los puntos de entrada para entrar de forma escalonada; la cifra de su cuenta saltó directamente a algo más de cuarenta mil.
De tres mil a cuarenta mil, en menos de tres días. No fue un golpe de suerte, fue que por fin supo controlarse.
Más tarde, al repasar las operaciones, se dio cuenta de que las pérdidas nunca se debieron a que “el mercado estuviera mal”, sino a sus propios errores: posiciones tan grandes que daban miedo, queriendo ganarlo todo de una vez; emociones por los suelos y aún así abriendo operaciones forzadas; ni siquiera había entendido la tendencia, simplemente se lanzaba por intuición.
El mercado nunca se preocupa por tu ansiedad, solo respeta la disciplina.
Si controlas el ritmo y mantienes las posiciones ligeras, las oportunidades acabarán llegando solas. Muchos hablan cada día de querer recuperarse, pero en realidad solo les falta una cosa: dejar de hacer locuras.
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ProbablyNothing
· hace5h
Así es, lo difícil está en ese "no tocar nada", ¿cuántas personas pueden aguantarse?
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YieldHunter
· hace5h
La verdad es que la parte de la disciplina impacta de otra manera... si miras los datos, la mayoría de los degens se arruinan porque no pueden quedarse quietos. El dimensionamiento de la posición no es emocionante, pero literalmente es lo único que importa jajaja.
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MonkeySeeMonkeyDo
· hace5h
De verdad, el stop loss y la disciplina son la clave; demasiada gente cae por la avaricia.
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SelfMadeRuggee
· hace5h
De verdad, controlar tus impulsos vale más que cualquier cosa. Antes también me liquidaron así hasta dudar de mi vida.
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GasFeeCryer
· hace5h
De verdad, ¿será tan simple...? Controlar tus acciones es más útil que cualquier otra cosa.
#ETH巨鲸增持 Cuando el saldo de su cuenta bajó a poco más de tres mil, incluso hablar le hacía sentir inseguro. No es que no hubiera ganado dinero antes, el problema era que cada vez que ganaba se volvía arrogante: veía una subida y se lanzaba, si se quedaba atrapado aguantaba hasta el final, y así, ida y vuelta, acabó agotando todo su capital.
Un día, de repente, lo entendió: tenía que cambiar de estrategia.
Dejó de perseguir tendencias calientes y de adivinar subidas o bajadas. Primero redujo drásticamente su posición, y aunque sentía la tentación, solo utilizaba una pequeña parte para probar suerte. ¿El mercado daba una señal clara? Solo entonces aumentaba poco a poco la apuesta.
Con este cambio, la cuenta empezó a hablar por sí sola.
En la primera operación, siguió la debilidad del mercado y abrió una posición corta, entrando y saliendo con decisión. En la segunda, un valor líder subió de repente, pero se contuvo y no persiguió la subida; esperó a que se confirmara la corrección antes de entrar y se llevó todo el beneficio. En la tercera, varias altcoins corrigieron al mismo tiempo, y él ya tenía preparados los puntos de entrada para entrar de forma escalonada; la cifra de su cuenta saltó directamente a algo más de cuarenta mil.
De tres mil a cuarenta mil, en menos de tres días. No fue un golpe de suerte, fue que por fin supo controlarse.
Más tarde, al repasar las operaciones, se dio cuenta de que las pérdidas nunca se debieron a que “el mercado estuviera mal”, sino a sus propios errores: posiciones tan grandes que daban miedo, queriendo ganarlo todo de una vez; emociones por los suelos y aún así abriendo operaciones forzadas; ni siquiera había entendido la tendencia, simplemente se lanzaba por intuición.
El mercado nunca se preocupa por tu ansiedad, solo respeta la disciplina.
Si controlas el ritmo y mantienes las posiciones ligeras, las oportunidades acabarán llegando solas. Muchos hablan cada día de querer recuperarse, pero en realidad solo les falta una cosa: dejar de hacer locuras.
$BOB $AIA