Esta mañana, antes siquiera de terminar mi café, la Casa Blanca ha lanzado de repente una bomba fiscal sobre las criptomonedas, casi se me cae la taza de lo que me temblaba la mano. Esta vez el gobierno de Trump va en serio, apuntando directamente a la inspección de impuestos sobre activos cripto en el extranjero, y además quiere conectar la información a nivel global. En cuanto salió la noticia, el gráfico de precios de DOGE se desplomó como una montaña rusa, pero ¿adivinas qué? El MACD, en silencio, ha cruzado hacia arriba por encima del eje 0. Con este movimiento, los pequeños inversores seguramente volverán a ser guiados como corderitos por las ballenas, sin saber por dónde tirar.

¿De verdad hemos tocado fondo o esto es solo una trampa para incitar compras? Tras tantos años en el sector, hoy te lo voy a analizar de la forma más clara posible.

¿En resumen, qué significa esta noticia? ¿Esta reforma fiscal es una trampa o una oportunidad? Te adelanto la conclusión: a largo plazo es una cadena, a corto plazo puede que sea una oportunidad para comprar barato. Esta vez, que EE. UU. se una al marco CARF no es solo hablar por hablar; para 2027, la información sobre activos cripto a nivel mundial será totalmente transparente. ¿Quieres evadir impuestos usando cuentas extranjeras? Prácticamente es entregarte tú mismo.

Pensando en los próximos 3-5 años, este tipo de política fiscal irá erosionando poco a poco las ganas de operar de mucha gente. Si ganas algo y tienes que darle la mayor parte a Hacienda, ¿quién va a querer? Es muy probable que la liquidez del mercado se vea afectada.

Pero en los próximos meses la cosa se pone interesante. Si algo nunca falta en el mundo cripto es el pánico, basta una mala noticia para que los pequeños inversores se asusten, vendan en masa y caigan justo en el juego de las ballenas, quienes aprovechan para comprar barato. Más importante aún, el equipo de Trump ha declarado claramente que “no van a gravar el DeFi”, lo cual...