Últimamente, muchos amigos a mi alrededor se han encontrado con el problema de que les han congelado la cuenta bancaria, y al hablar del tema, resulta que hay bastante miga detrás.

Empecemos por la situación más habitual: el bloqueo temporal por una transferencia de gran importe de un remitente desconocido. Ahora los bancos son especialmente sensibles a este tipo de operaciones, y básicamente aplican la política de “bloquear tres días por si acaso”. Durante esos tres días, el banco revisa el origen de los fondos y, si todo está en orden, normalmente en 3 a 7 días desbloquean la cuenta. Aunque a veces este procedimiento puede causar molestias, al pensarlo se entiende: hay demasiados casos de fraude y blanqueo de dinero, así que los bancos no pueden arriesgarse.

Lo verdaderamente problemático son otras dos situaciones.

La primera: operaciones relacionadas con criptomonedas. Esto entraña un riesgo enorme en España. En cuanto el banco detecta que tu cuenta está vinculada con transacciones de criptomonedas, es muy probable que proceda a la cancelación definitiva y al bloqueo, sin posibilidad alguna de negociación. ¿Por qué son tan estrictos? Porque el comercio de criptomonedas en el país no está protegido legalmente y, además, el sector está plagado de actividades ilícitas; el dinero negro y fondos procedentes de estafas suelen circular por este canal. Para evitar verse implicados o asumir riesgos, los bancos optan por cortar de raíz.

Aquí va un consejo: si de verdad vas a la ventanilla a solicitar el desbloqueo, ni se te ocurra ocultar operaciones relacionadas con criptomonedas. Algunos piensan que si no lo dicen el banco no lo descubrirá, pero esa mentalidad suele salir mal—si se detecta que has ocultado información, no solo será imposible desbloquear la cuenta, sino que podrías meterte en problemas legales. La honestidad, especialmente ante una entidad financiera, es fundamental.

La segunda situación, y la peor de todas: verse implicado con dinero negro. En estos casos, desbloquear la cuenta depende básicamente de la suerte. El dinero negro suele estar vinculado a delitos graves, y el banco congela la cuenta en coordinación con las autoridades para evitar la circulación de fondos ilícitos. Por mucho que vayas a la ventanilla a suplicar, no servirá de nada, porque la decisión ya no está en manos del banco.

En definitiva, aunque estas medidas de bloqueo puedan parecer inconvenientes, en esencia buscan proteger la seguridad de todo el sistema financiero. Como ciudadanos de a pie, lo mejor que podemos hacer es asegurarnos de que nuestros fondos provienen de fuentes limpias y legales, y mantenernos lejos de cualquier operación en la zona gris. Al fin y al cabo, cuando te bloquean una cuenta, no solo pierdes tiempo y dinero, sino también tu historial crediticio y la tranquilidad mental.