#美SEC促进加密资产创新监管框架 A las tres de la madrugada, los ojos de Chen estaban inyectados en sangre cuando estampó el móvil contra la mesa. No era otra liquidación de un contrato, era algo peor: la confianza, completamente a cero.

Su novia y su amigo de toda la vida, después de la fiesta de anoche, se fueron juntos a un hotel.

Este tipo de liquidación duele más que cualquier caída repentina del mercado. Cuando la gráfica se desploma, aún puedes añadir margen, pero ¿cuando el corazón se rompe? ¿Con qué repones las pérdidas?

"¿Cuánto USDT hay que ganar para poder ponerle un smart contract a la naturaleza humana?" Su voz era tan ronca que daba miedo.

Me quedé mirando la evolución de $BTC en el móvil, sin saber qué responder. En este sector lo he visto todo: el dinero puede comprar cochazos, casas y trending topics, pero jamás podrá atar a quien ya ha decidido irse.

Pero lo que me ha enseñado el mercado cripto todos estos años va mucho más allá de leer gráficos.

**Nunca vayas all-in.** Ya sea dinero o sentimientos, reserva siempre una parte de lucidez y entra sólo con el resto.
**Pon siempre un stop-loss.** Cuando toque salir, no lo dudes, retrasarlo es cavar tu propia tumba.
**Protege tus activos clave.** Lo que realmente vale la pena no se vende por simples altibajos a corto plazo.
**Mentalidad de cold wallet.** No pongas todo tu patrimonio en hot wallets, y menos aún en manos de quien pueda llevárselo en cualquier momento.

El alcohol se pasará, el mercado seguirá. No puedo darle a Chen una cifra exacta para tapar ese agujero, pero este manual de supervivencia sirve tanto dentro como fuera del mundo cripto.

El dinero quizá no te libre de todas las traiciones, pero al menos te asegura que, la próxima vez que abras una posición, aún te quede capital y fichas en la mano.

Las luces de neón parpadean fuera de la ventana. La próxima bull run de Chen tendrá que construirla él mismo, paso a paso. Así es como subió $ETH: cayó hasta el fondo y sólo entonces empezó la remontada; así funcionan los ciclos.

Lo único que podemos hacer es dejarnos siempre una vía de escape: mantener intacta la capacidad de volver a empezar.