Hay una tendencia bastante interesante que merece la pena comentar: las marcas orientales están reescribiendo el mapa global del consumo.
Las investigaciones de mercado más recientes muestran que, para el próximo año, el valor total de las exportaciones de bienes y servicios de cierto gran país oriental podría alcanzar los 4 billones de dólares. ¿Qué significa esto? Más o menos equivale a toda la producción anual de PIB de Japón.
Los datos del primer trimestre de este año ya están sobre la mesa: 2,95 billones de dólares. Si seguimos a este ritmo, el total anual podría llegar a 3,9 billones, un escalón más respecto a los 3,78 billones del año pasado.
Lo más interesante es el cambio en la percepción de los consumidores.
Antes, al oír “Made in XXX”, la primera reacción de la gente era que era barato, que simplemente funcionaba. ¿Y ahora? Palabras como diseño, innovación y expresión cultural empiezan a asociarse a la fabricación oriental. Las plataformas de vídeos cortos se han convertido en las mayores generadoras de tendencias; los usuarios extranjeros ven vídeos y compran directamente, saltándose los canales tradicionales.
Si miramos el ranking de ingresos globales del comercio electrónico, cuatro de las cinco primeras empresas tienen origen oriental o tienen su sede allí: el grupo Alibaba, JD.com, Pinduoduo y el gigante de la moda rápida SHEIN. No es casualidad.
Aunque las exportaciones de servicios solo suponen poco más del 10% de las exportaciones de bienes, su ritmo de crecimiento está aumentando. La cadena de cafeterías Luckin Coffee ya ha abierto 89 tiendas en el extranjero, incluidas dos en Estados Unidos. La película de animación “Nezha 2” ha sido un éxito de taquilla este año, y mercados de la diáspora china como Malasia y Singapur empiezan a reconocer la fuerza de las IP originales orientales.
Hablando de IP, este año un peluche llamado Labubu, con aspecto de duendecillo, se ha hecho viral en todo el mundo. El fabricante de juguetes detrás, Pop Mart, ha visto crecer sus ventas un 250% interanual en el tercer trimestre, impulsadas principalmente por el mercado internacional; en Estados Unidos, las ventas se han multiplicado por más de diez.
Y qué decir del sector manufacturero. Las exportaciones de vehículos eléctricos, electrónica de consumo y electrodomésticos se mantienen fuertes. Los datos del sector automovilístico muestran que, en los primeros nueve meses de este año, las exportaciones crecieron un 14,8% interanual, alcanzando los 4,95 millones de vehículos.
La lógica detrás de esto es bastante clara: pasar de “saber fabricar” a “saber vender marcas”, de la ventaja en la cadena de suministro a la capacidad de exportación cultural. Plataformas como TikTok y SHEIN permiten que las marcas lleguen directamente al usuario final, eliminando todos los intermediarios. El sistema tradicional de distribución está siendo reestructurado.
¿Qué significa ese crecimiento del 250% de Pop Mart? Que la capacidad de difusión global del contenido cultural está aumentando. Que personajes como Labubu puedan hacerse populares a escala mundial demuestra que el valor de la propiedad intelectual está siendo reconocido por el mercado.
¿Qué implica esta tendencia para el panorama del comercio global? Pagos transfronterizos, marketing digital, financiación de la cadena de suministro: todos estos sectores auxiliares están evolucionando en consecuencia. La lógica detrás de la internacionalización de las marcas ya no es simplemente “dumping a bajo precio”, sino una combinación de “premium de marca + reconocimiento cultural”.
El camino de país manufacturero a potencia de marcas está siendo mucho más rápido de lo que muchos imaginaban.
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BearMarketBuyer
· hace18h
Los vídeos cortos han eliminado directamente los canales tradicionales, esa sí que es una auténtica revolución.
¿Labubu se ha multiplicado por diez? ¿Cómo es que yo no me subí a esa ola 🤔?
TikTok y SHEIN, esas dos armas secretas, son la clave; conectan directamente con los usuarios y eliminan a los intermediarios.
No hay duda, pasar de la imitación a la innovación ha sido cosa de estos dos o tres últimos años.
Un crecimiento del 250% no es exageración, ahí están los datos.
Exportar cultura > volcar productos baratos, el juego ha cambiado por completo.
¿A qué equivale 4 billones? Han superado hasta el PIB de todo Japón...
Lo de Labubu es un diseño realmente ingenioso, no me extraña que en el extranjero se vuelva loco la gente por ello.
El cambio en la mentalidad del consumidor ha pasado en estos años; los proyectos lentos ya se han quedado atrás.
Esto sí que es una auténtica tendencia, los que lo vieron venir están forrados.
La era de gente ingenua con mucho dinero se ha acabado, ahora lo que cuenta es el gusto cultural y la estética.
La industria manufacturera se reinventa, las marcas ganan más, esa lógica la he entendido.
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HappyToBeDumped
· hace18h
La verdad es que me sorprende bastante que Labubu haya triunfado en todo el mundo, pero pensándolo bien, tiene sentido. Básicamente, los canales tradicionales han desaparecido y la conexión directa con los usuarios realmente ha cambiado las reglas del juego.
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SchrodingerWallet
· hace18h
Si Labubu puede volverse tan popular, demuestra que las IP culturales realmente pueden romper barreras. ¿No es esta la lógica de los NFT en el mundo cripto? El reconocimiento del valor de los activos virtuales sigue un camino bastante similar.
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ZenChainWalker
· hace18h
Labubu es realmente increíble, los datos de esa ola de compras frenéticas en el extranjero han cambiado mi percepción sobre la mentalidad de consumo...
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La fabricación china ha dado la vuelta a la tortilla, pasando de estar asociada a precios bajos a tener un valor cultural añadido; este cambio ha sido mucho más rápido de lo que esperaba.
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En resumen, los vídeos cortos y el streaming han eliminado a los intermediarios; que las marcas lleguen directamente a los usuarios está teniendo un gran impacto en el panorama del comercio mundial.
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Las ventas de Pop Mart en EE. UU. se han multiplicado por diez, esa cifra parece un poco exagerada, ¿es cierto? Por favor, que alguien investigue los detalles.
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Luckin Coffee ya ha abierto en EE. UU... La antigua etiqueta de "baja calidad y barato" se ha eliminado por completo, y la nueva narrativa la están contando muy bien.
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La exportación de cultura IP es mucho más valiosa que simplemente vender productos; las marcas que se han dado cuenta de esto están ganando mucho.
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No estoy muy de acuerdo; la calidad de las marcas orientales ha mejorado, pero la capacidad de obtener un alto margen sigue estando lejos de la de las marcas de lujo europeas y americanas...
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Alibaba, JD y Pinduoduo ocupan los cinco primeros puestos del comercio electrónico; eso ya estaba claro hace tiempo, hablar de ello ahora es un poco tarde.
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Short videos para crear tendencia + cadena de suministro + livestreaming: esta combinación realmente ha abierto un nuevo panorama; la distribución tradicional sí que ha quedado obsoleta esta vez.
Hay una tendencia bastante interesante que merece la pena comentar: las marcas orientales están reescribiendo el mapa global del consumo.
Las investigaciones de mercado más recientes muestran que, para el próximo año, el valor total de las exportaciones de bienes y servicios de cierto gran país oriental podría alcanzar los 4 billones de dólares. ¿Qué significa esto? Más o menos equivale a toda la producción anual de PIB de Japón.
Los datos del primer trimestre de este año ya están sobre la mesa: 2,95 billones de dólares. Si seguimos a este ritmo, el total anual podría llegar a 3,9 billones, un escalón más respecto a los 3,78 billones del año pasado.
Lo más interesante es el cambio en la percepción de los consumidores.
Antes, al oír “Made in XXX”, la primera reacción de la gente era que era barato, que simplemente funcionaba. ¿Y ahora? Palabras como diseño, innovación y expresión cultural empiezan a asociarse a la fabricación oriental. Las plataformas de vídeos cortos se han convertido en las mayores generadoras de tendencias; los usuarios extranjeros ven vídeos y compran directamente, saltándose los canales tradicionales.
Si miramos el ranking de ingresos globales del comercio electrónico, cuatro de las cinco primeras empresas tienen origen oriental o tienen su sede allí: el grupo Alibaba, JD.com, Pinduoduo y el gigante de la moda rápida SHEIN. No es casualidad.
Aunque las exportaciones de servicios solo suponen poco más del 10% de las exportaciones de bienes, su ritmo de crecimiento está aumentando. La cadena de cafeterías Luckin Coffee ya ha abierto 89 tiendas en el extranjero, incluidas dos en Estados Unidos. La película de animación “Nezha 2” ha sido un éxito de taquilla este año, y mercados de la diáspora china como Malasia y Singapur empiezan a reconocer la fuerza de las IP originales orientales.
Hablando de IP, este año un peluche llamado Labubu, con aspecto de duendecillo, se ha hecho viral en todo el mundo. El fabricante de juguetes detrás, Pop Mart, ha visto crecer sus ventas un 250% interanual en el tercer trimestre, impulsadas principalmente por el mercado internacional; en Estados Unidos, las ventas se han multiplicado por más de diez.
Y qué decir del sector manufacturero. Las exportaciones de vehículos eléctricos, electrónica de consumo y electrodomésticos se mantienen fuertes. Los datos del sector automovilístico muestran que, en los primeros nueve meses de este año, las exportaciones crecieron un 14,8% interanual, alcanzando los 4,95 millones de vehículos.
La lógica detrás de esto es bastante clara: pasar de “saber fabricar” a “saber vender marcas”, de la ventaja en la cadena de suministro a la capacidad de exportación cultural. Plataformas como TikTok y SHEIN permiten que las marcas lleguen directamente al usuario final, eliminando todos los intermediarios. El sistema tradicional de distribución está siendo reestructurado.
¿Qué significa ese crecimiento del 250% de Pop Mart? Que la capacidad de difusión global del contenido cultural está aumentando. Que personajes como Labubu puedan hacerse populares a escala mundial demuestra que el valor de la propiedad intelectual está siendo reconocido por el mercado.
¿Qué implica esta tendencia para el panorama del comercio global? Pagos transfronterizos, marketing digital, financiación de la cadena de suministro: todos estos sectores auxiliares están evolucionando en consecuencia. La lógica detrás de la internacionalización de las marcas ya no es simplemente “dumping a bajo precio”, sino una combinación de “premium de marca + reconocimiento cultural”.
El camino de país manufacturero a potencia de marcas está siendo mucho más rápido de lo que muchos imaginaban.