Últimamente he estado siguiendo el desarrollo del ecosistema de INJ y, siendo sincero, este sector está increíblemente competitivo.

Empecemos por la experiencia del usuario: piensa, ¿qué es lo que más temen los usuarios cuando el mercado fluctúa bruscamente? Temen que la plataforma se quede pillada, que haya un deslizamiento exagerado, que los fondos no sean seguros. Si Injective logra alcanzar la excelencia en estabilidad y velocidad de respuesta, básicamente habrá resuelto los principales puntos de dolor de los usuarios. Si además optimizan la interfaz para que no sea tan compleja como el software financiero tradicional, los principiantes estarán mucho más dispuestos a quedarse.

La expansión del ecosistema también es interesante. Ahora, el trading de derivados on-chain ya no es nada novedoso; la clave está en diversificar la gama de productos: spot, perpetuos, opciones e incluso productos estructurados más complejos, todo tiene que estar cubierto. Más importante aún, hay que colaborar profundamente con otros proyectos, no encerrarse y trabajar en solitario. Una vez que se logre la interoperabilidad multichain, la liquidez llegará de forma natural.

Los desafíos técnicos probablemente sean los más duros. El sistema de libro de órdenes necesita mejoras constantes, ya que la eficiencia del trading determina directamente la experiencia del usuario. La interoperabilidad entre cadenas tampoco se puede descuidar; los usuarios necesitan cambiar entre diferentes blockchains de forma fluida, lo que exige mucho de la arquitectura subyacente. Si la tecnología no está a la altura, lo demás es solo palabrería.

Que INJ logre consolidarse en el sector de las finanzas on-chain dependerá de hasta dónde puedan llegar en estos aspectos. Oportunidades hay, pero los competidores tampoco se quedan atrás.