Cuando los jugadores occidentales empiezan a aprender chino para especular con criptomonedas: un experimento de riqueza meme que cruza Oriente y Occidente

El momento de asombro de un trader polaco

Cuando Barry vio por primera vez que la capitalización de mercado de un token con ticker chino superaba los 20 millones de dólares, se quedó completamente paralizado.

Como cofundador de WOK Labs, este trader polaco gestiona una comunidad cripto europea de cientos de personas. Ese día, se dio cuenta de una cosa: ¿Las shitcoins conspirativas también se pueden jugar así?

Cuando esa moneda subió a 60 millones, e incluso superó los 100 millones de dólares, su grupo de Discord ya estaba alborotado. Un montón de gente recargaba BSC frenéticamente, sin tener claro por qué subía, solo sabían una cosa: el precio estaba despegando.

Y no era un caso aislado.

Los datos on-chain muestran que, el 8 de octubre, el volumen de transacciones en BSC se disparó hasta los 6.050 millones de dólares. Esta cifra ya está al nivel del frenesí de shitcoins de 2021. Solo que esta vez, los líderes no son proyectos DeFi, sino una oleada de memecoins chinas.

Ese día, más de 100.000 nuevas direcciones se sumaron, y casi el 70% de ellas ganaron dinero. Las direcciones activas crecieron en casi un millón respecto al mes anterior.

Barry fue muy claro: “Antes, los europeos jugábamos a los memes siguiendo la cultura americana, con autocrítica, rebeldía y todo eso. Los memes chinos que surgieron de repente dejaron desconcertados a muchos jugadores occidentales”.

La lógica de trading detrás de las diferencias culturales

Lo curioso es que Barry, por haber trabajado con equipos chinos en el pasado, entendió este tipo de jugadas por adelantado. Empezó a explicar en las comunidades europeas la narrativa china: redes personales, resonancia emocional, y los líderes de opinión marcando el ritmo.

¿Cómo juegan los memes los occidentales?

Dependen más del ecosistema de Ethereum, buscando KOLs o equipos famosos para manipular el precio. Estas comunidades crecen lento, los grandes holders acumulan mucho en los suelos, pero eso también implica un gran riesgo de presión de venta. Por eso es difícil que en Europa salgan proyectos de largo plazo.

¿Y las comunidades chinas?

Crecen rápido, cuentan historias, agrupan emociones. En grupos de WeChat se cuentan historias para generar consenso, lo que en teoría puede crear comunidades más duraderas.

Especialmente en este ciclo, la estrategia de los jugadores chinos es simple y directa: compra el IP que creas que va a explotar (o el meme de algún líder de opinión) y podrás “imprimir dinero fácilmente”.

Un retail rotó por 65 memecoins chinas en BSC en solo 7 días: empezó con 100 a 300 dólares en cada una, y si veía que alguna despegaba, aumentaba la posición. Al final de la semana, ganó 87.000 dólares netos.

Esta estrategia de “red de pesca” de alta frecuencia es un reflejo típico del estilo especulativo de los minoristas chinos ante nuevas tendencias. Los occidentales, mientras tanto, empezaron a cambiar de táctica, abandonando monedas de menos de 500.000 dólares de market cap y pasando a targets de al menos 5 millones, más sólidos.

Agencias como la de Barry, que conectan Oriente y Occidente, se están volviendo más activas, ayudando a proyectos asiáticos a ganar confianza en Occidente, y a equipos europeos a entrar en el mercado asiático.

De Doge al meme chino: un cambio ideológico

Si miramos atrás, el origen de los memes occidentales fue Dogecoin en 2013: dos programadores haciendo una broma sobre Bitcoin. Pero gracias al efecto de famosos como Musk, llegó a un pico de 88.800 millones de dólares en mayo de 2021.

Lo mismo pasó con Pepe. Un meme de la comunidad 4chan, lanzado a principios de 2023, que se volvió viral y superó los 1.000 millones de dólares de capitalización. El equipo declaró abiertamente: “Sin valor intrínseco, solo por diversión”.

Esta perspectiva ha dominado los memes en Solana: Fartcoin, Uselesscoin y otros de corte nihilista, o Neet, que refleja el humor negro de Occidente. Los memes de Solana captan la atención con imágenes y espíritu rebelde, y han liderado el sector durante bastante tiempo.

¿Y los memes chinos? Son otra historia.

Están arraigados en la resonancia y la identidad. Tokens como “Beiwei Xiaohe” o “Kefu Xiaohe” se autocompadecen de la realidad laboral. Series como “Xiuxian” reflejan el deseo de escapar de la realidad. “Binance Life” directamente encarna el sueño de hacerse rico de la noche a la mañana.

¿El rasgo común? Siempre hay vínculo con lo “oficial”.

Para los chinos, esto se llama “hacer el camino más amplio”. Pero para los occidentales, esto implica que el techo lo marca el “sistema”: si sube o no, depende de la actitud oficial.

Impulso oficial: de broma a movimiento de riqueza

Esta oleada de memes no es solo espontánea de los minoristas. En cierta forma, es fruto del cultivo estratégico del ecosistema de un exchange.

Desde una broma de He Yi, la respuesta de CZ, hasta una serie de interacciones oficiales y el lanzamiento de la plataforma MemeRush: paso a paso, fase a fase, soltando buenas noticias, manteniendo el hype, la liquidez y la continuidad de los memes de alto market cap.

La emisión de memes, que antes era caótica, se incorporó al sistema oficial y la fiesta se volvió más organizada. La atención del mercado quedó fijada durante mucho tiempo en la BSC.

Esta expectativa “escalonada al alza” explica por qué, al principio, cuando surgieron múltiples proyectos populares a la vez, no se sintió una fuga de liquidez tan clara.

Es un efecto riqueza escalonado creado por la acción conjunta de lo oficial y la comunidad. Este modelo valida las expectativas estructuradas de salida a mercado detrás de los memes chinos. El consenso ha llegado a un nivel que, hace unos meses, era impensable.

Los memes occidentales son más bien un carnaval comunitario al azar o impulsados por conspiraciones. Pero el ecosistema BSC ha convertido la fiesta en un movimiento de creación de riqueza descarado.

La guerra de las tasas de listado: una batalla de relaciones públicas

La polémica también desató una feroz batalla entre las plataformas de trading.

El 11 de octubre, Jesse pidió en Twitter boicotear las tasas de listado del 2%~9% en exchanges centralizados.

Tres días después, CJ, fundador de un proyecto de mercado predictivo, reveló: para listar en un exchange top, tenías que bloquear 2 millones de BNB, entregar 8% del supply en airdrop y marketing, y pagar una fianza de 250.000 dólares.

Comparó dos exchanges y concluyó que uno regulado valoraba más el proyecto, mientras que el otro parecía “cobrar por listar”.

El exchange top negó rápidamente, calificando las acusaciones de “totalmente falsas y difamatorias”, recalcando que “nunca cobramos tasas de listado” y amenazando con acciones legales. Luego, publicó un comunicado más moderado, admitiendo que su respuesta inicial fue excesiva.

Mientras la polémica crecía, Jesse, responsable de blockchain, declaró públicamente: “Listar un proyecto debería ser gratis”.

Entonces, la narrativa cambió. El exchange regulado anunció que incluiría BNB en su lista de tokens soportados por primera vez en la historia, aceptando así la moneda principal de un competidor directo.

CZ lo celebró en redes sociales, animando a listar más proyectos de BSC.

CJ también cambió de tono. Jesse hizo un giro total y publicó un video de demostración usando “Binance Life” como token de ejemplo. Incluso bromeó en chino sobre “activar el modo Binance Life en cierta cadena”, y respondió al tweet de CZ con “Binance Life + cierta cadena = la combinación más fuerte”.

Esta serie de movimientos fue interpretada como un deshielo entre los bloques cripto de China y EEUU, y de paso, dio vida a un memecoin dorado en dicha cadena.

Cuando el volumen y la atención del mercado asiático llega a cierto nivel, los exchanges occidentales se ven obligados a acercarse a las comunidades chinas. La competencia entre plataformas y la narrativa cultural se entrelazan.

“No entiendo chino pero tengo que comprar”

Los medios occidentales han prestado mucha atención al fenómeno. Muchos minoristas occidentales comentan en sus grupos: “El precio sube y no entendemos nada”.

La mayoría entró a última hora, ya con el precio disparado. Incluso comunidades como la de Barry, con profundo contacto con el mundo chino, al detectar un memecoin con significado cultural interno, a menudo solo “intuyen lo que significa pero no su verdadero sentido”.

Para los inversores extranjeros, el elemento chino se convirtió temporalmente en una nueva barrera de entrada.

Algunos miembros de la comunidad occidental desarrollaron herramientas para traducir shitcoins del chino al inglés. Hace poco se viralizó una serie de vídeos de extranjeros aprendiendo chino para comprar memecoins.

Esta ola ha reforzado la idea de que “el idioma es una oportunidad”. En cripto, la información cultural y emocional detrás de cada idioma es en sí misma un recurso de valor.

Por primera vez, los inversores occidentales necesitan entender la cultura china para poder participar en la fiesta.

Pero Barry opina: “Creo que la ola de memes chinos ya está cerca de su final. En este ciclo, cuanto más dure, más PTSD deja en los traders. Ya vemos que estos tokens están rotando hacia segmentos de menor capitalización y más rápidos”.

Y añade: “El inglés y el chino ya son los principales componentes del mercado de memes, y eso no va a cambiar rápido. China tiene un mercado más grande, más propenso a dejarse llevar por la emoción. Europa suele ir más atrasada. Creo que los tickers en inglés volverán, pero estarán más fusionados con la cultura asiática: inspirados por esta ola de memes chinos, tendrán más humor, simbolismo y estética china”.

Un mundo cripto multipolar

En el futuro, para captar la próxima ola de memes, la suerte ya no basta. Hay que profundizar en los idiomas y culturas de cada comunidad regional.

La IA podría ayudar a cruzar barreras lingüísticas —generando memes en chino automáticamente, traduciendo publicaciones, etc.— pero no puede sustituir la comprensión profunda del contexto cultural.

Quizá veamos un mundo cripto aún más multipolar. En cada cadena aparecerán más memecoins con ticker chino, y aunque las comunidades occidentales y orientales se fusionen en parte, también pueden formarse ecosistemas separados.

Y en esas grietas culturales, tal vez se escondan nuevas oportunidades.