En la víspera de la reunión de política monetaria de la Reserva Federal de diciembre, el mercado explotó de repente: Kevin Hassett, el “presidente en la sombra” designado por Trump, declaró abiertamente que una bajada de tipos de 25 puntos básicos la próxima semana estaba prácticamente asegurada. Para que Hassett pudiera ascender al cargo, Trump incluso detuvo el proceso final de entrevistas para el presidente de la Fed, reduciendo la lista de candidatos de 10 a 1. En público, no dudó en llamar a Hassett “presidente potencial”, por una razón muy sencilla: lealtad total, y el mercado lo acepta.

Por otro lado, los datos de empleo tampoco ayudan. En noviembre, el informe ADP (“mini nóminas no agrícolas”) mostró una disminución de 31.000 empleos, y el índice de empleo del PMI de servicios lleva ya seis meses consecutivos en contracción. Con estos dos factores en juego, la probabilidad de una bajada de tipos en diciembre se disparó directamente al 87%, y los operadores esperan el desenlace.

Sin embargo, Deutsche Bank ha echado un jarro de agua fría: los fundamentos de la economía estadounidense no están tan débiles, y las fuerzas “halcón” dentro de la Reserva Federal no cederán fácilmente; el ritmo de bajada de tipos podría ser más prudente de lo que se espera.

En cuanto a los candidatos, Hassett representa la postura a favor de la bajada de tipos, Warsh está más preocupado por la inflación, Waller es relativamente neutral, y Powell… su relación con Trump está rota desde hace tiempo, y siempre ha insistido en la independencia del banco central.

Este juego de poder ha entrado ya en su punto álgido. Trump está decidido a cambiar de presidente, la postura de Hassett es clara, y la debilidad de los datos parece hacer de la bajada de tipos una opción inevitable; pero los fundamentos económicos y la resistencia interna aún no se han superado del todo. Ahora, el mercado se pregunta: ¿cuánto se bajará? ¿Y a qué ritmo?

Para las criptomonedas, bajar los tipos significa mayor liquidez, y lo más probable es que los fondos fluyan hacia activos de riesgo como Bitcoin, empujando los precios al alza. Pero, ¿y si la bajada no es tan amplia o tan rápida como se espera? El sentimiento de decepción podría provocar ventas bruscas.