He visto un artículo muy profundo y quiero compartirlo para que todos podamos aprender de él.
La suerte entre las personas también se contagia. Muchas personas se quejan de no tener a un mentor o benefactor que les ayude, pero esa ayuda requiere que el benefactor haga un esfuerzo. Es difícil cambiar solo porque un benefactor te dé un par de consejos al azar. Cuando un benefactor ayuda a una persona pobre, significa que el benefactor está compartiendo su buena suerte con esa persona, lo que implica una pérdida para el benefactor. Por eso, por lo general, salvo los padres o familiares, pocas personas están dispuestas a ayudar a alguien necesitado. Y si esa persona necesitada que espera ayuda de un benefactor muestra una actitud desafiante y no sabe ser agradecida, ¿cómo esperas que el benefactor le ayude? Cuando entras en la sociedad, ya no hay almuerzos gratis; todo es un intercambio equivalente. Puede parecer que los hijos de familias acomodadas no tienen que hacer ese intercambio, pero en realidad, sus padres ya lo han hecho por ellos.
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La suerte entre las personas también se contagia. Muchas personas se quejan de no tener a un mentor o benefactor que les ayude, pero esa ayuda requiere que el benefactor haga un esfuerzo. Es difícil cambiar solo porque un benefactor te dé un par de consejos al azar. Cuando un benefactor ayuda a una persona pobre, significa que el benefactor está compartiendo su buena suerte con esa persona, lo que implica una pérdida para el benefactor. Por eso, por lo general, salvo los padres o familiares, pocas personas están dispuestas a ayudar a alguien necesitado. Y si esa persona necesitada que espera ayuda de un benefactor muestra una actitud desafiante y no sabe ser agradecida, ¿cómo esperas que el benefactor le ayude? Cuando entras en la sociedad, ya no hay almuerzos gratis; todo es un intercambio equivalente. Puede parecer que los hijos de familias acomodadas no tienen que hacer ese intercambio, pero en realidad, sus padres ya lo han hecho por ellos.