La agenda de esta semana está bastante apretada.

El lunes, reunión de política monetaria de la Reserva Federal; el martes, publicación de los datos de inflación; el miércoles, anuncio de la decisión de política—todo el mercado está pendiente de esa señal de “reinicio de recortes de tipos”. Si realmente dan alguna pista, las expectativas de liquidez se encenderán al instante, pero la pregunta es: ¿será esta vez otro amago?

Lo más interesante es una nueva narrativa que ha surgido recientemente. La conversación entre Musk y Jensen Huang ha impulsado a Bitcoin hacia la idea de ser una “moneda dura basada en energía”. La lógica es sencilla: la IA devora potencia de cálculo, detrás de esa potencia está la electricidad, y la minería de BTC, en esencia, convierte energía eléctrica en un activo digital. Así que ahora algunos empiezan a decir que no es solo “oro digital”, sino que podría convertirse en una especie de “certificado de energía líquida”. Suena rompedor, pero para que esta narrativa se sostenga, habrá que ver si realmente aparecen casos de uso prácticos.

Por otro lado, Dogecoin también ha estado bastante movido últimamente. Los rumores sobre la integración de DOGE en el sistema de pagos de Tesla no han cesado, y en el gráfico mensual ese doble suelo es bastante claro. El sentimiento de la comunidad se está calentando, y eso arrastra también a SHIB, PEPE y otras memecoins, que empiezan a moverse.

Pero siendo sinceros—las memecoins, cuando suben, lo hacen de forma salvaje, pero cuando bajan, caen aún más fuerte. La mayoría de los proyectos que se suman a la ola acaban desapareciendo; solo quedan unos pocos.

Así que ahora mismo hay dos cuestiones clave:
¿Esta nueva narrativa de Bitcoin como “moneda energética” realmente abre un nuevo paradigma, o es solo otra ronda de especulación conceptual?
¿Hasta dónde crees que puede llegar este rebote de Dogecoin y el sector meme?

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