En este ciclo alcista, las altcoins han quedado colectivamente apagadas, pero la culpa no es del mercado en sí. ¿El verdadero problema? Las exchanges y los equipos de los proyectos se han aliado para inflar las valoraciones y usar a los minoristas como carne de cañón. Pero no te preocupes: el sector de las criptomonedas aún tiene, al menos, 10 años buenos por delante.
¿Cuál es la mayor trampa para los minoristas? Perseguir ciegamente las modas. La mayoría de esas narrativas tan bien empaquetadas no son más que cortinas de humo. A la hora de elegir una moneda, solo hay que fijarse en dos criterios sólidos: que la barrera tecnológica sea realmente alta y que la influencia de la marca sea suficientemente grande.
Empecemos por la parte técnica. La complejidad de una blockchain pública es básicamente similar a la de un sistema de bases de datos; la dificultad de ingeniería de ETH está más o menos entre Oracle y PostgreSQL. Oracle tiene una capitalización de 500.000 millones, ETH de algo más de 200.000 millones; este razonamiento de valoración tiene sentido. Así que si hay que elegir, elige cadenas con barreras tecnológicas altas y que puedan contar nuevas historias; $NEAR es un ejemplo típico.
La otra vía es apostar por la influencia. Monedas como $DOGE o $TRUMP son, en esencia, activos de marca. En una era de sobrecarga informativa, la atención es el recurso realmente escaso. Cuando la IA acelere aún más la saturación de contenido, las marcas que logren instalarse en la mente de las personas serán aún más valiosas.
En resumen: con las altcoins, o eliges blockchains cuyo nivel técnico pueda compararse con ETH y que tengan potencial para nuevas narrativas, o eliges monedas con una influencia de marca tan fuerte que se conviertan en referencia. ¿Fuera de estas dos categorías? Mejor que los minoristas ni se acerquen. Todo lo demás, como TVL o datos de rentabilidad, es demasiado fácil de manipular.
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En este ciclo alcista, las altcoins han quedado colectivamente apagadas, pero la culpa no es del mercado en sí. ¿El verdadero problema? Las exchanges y los equipos de los proyectos se han aliado para inflar las valoraciones y usar a los minoristas como carne de cañón. Pero no te preocupes: el sector de las criptomonedas aún tiene, al menos, 10 años buenos por delante.
¿Cuál es la mayor trampa para los minoristas? Perseguir ciegamente las modas. La mayoría de esas narrativas tan bien empaquetadas no son más que cortinas de humo. A la hora de elegir una moneda, solo hay que fijarse en dos criterios sólidos: que la barrera tecnológica sea realmente alta y que la influencia de la marca sea suficientemente grande.
Empecemos por la parte técnica. La complejidad de una blockchain pública es básicamente similar a la de un sistema de bases de datos; la dificultad de ingeniería de ETH está más o menos entre Oracle y PostgreSQL. Oracle tiene una capitalización de 500.000 millones, ETH de algo más de 200.000 millones; este razonamiento de valoración tiene sentido. Así que si hay que elegir, elige cadenas con barreras tecnológicas altas y que puedan contar nuevas historias; $NEAR es un ejemplo típico.
La otra vía es apostar por la influencia. Monedas como $DOGE o $TRUMP son, en esencia, activos de marca. En una era de sobrecarga informativa, la atención es el recurso realmente escaso. Cuando la IA acelere aún más la saturación de contenido, las marcas que logren instalarse en la mente de las personas serán aún más valiosas.
En resumen: con las altcoins, o eliges blockchains cuyo nivel técnico pueda compararse con ETH y que tengan potencial para nuevas narrativas, o eliges monedas con una influencia de marca tan fuerte que se conviertan en referencia. ¿Fuera de estas dos categorías? Mejor que los minoristas ni se acerquen. Todo lo demás, como TVL o datos de rentabilidad, es demasiado fácil de manipular.