La secretaria del Tesoro, Bessent, comentó recientemente que la cobertura mediática de la economía ha frustrado a la administración, especialmente mientras las cifras de las encuestas disminuyen y el coste de vida sigue siendo obstinadamente elevado. La desconexión entre el mensaje económico oficial y la percepción pública continúa ampliándose, con los hogares aún sintiendo la presión de una inflación persistente. Esta tensión entre la retórica política y la realidad a pie de calle crea un telón de fondo interesante para los mercados de activos. Cuando los funcionarios gubernamentales rechazan las narrativas económicas, a menudo indica preocupaciones subyacentes sobre la confianza del consumidor, un factor que repercute en los activos de riesgo, incluida la criptografía. La brecha entre lo que muestran los datos y lo que la gente experimenta en sus bolsillos sigue siendo una variable clave para quienes observan el sentimiento del mercado.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
17 me gusta
Recompensa
17
3
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
MevHunter
· 12-08 08:39
En resumen, los datos pueden verse bien, pero lo que realmente importa es que la gente de a pie se ha quedado sin dinero... Esta ola de inflación no tiene fin.
Ver originalesResponder0
LuckyBlindCat
· 12-08 08:39
De verdad, por mucho que lo pinten bonito, los datos no sirven de nada; lo que de verdad cuenta es el dinero en el bolsillo de la gente.
Ver originalesResponder0
LiquidatedTwice
· 12-08 08:23
Eh... ¿otra vez echándole la culpa a los medios? ¿De verdad creen que somos tontos? Cuando el monedero está vacío, ¿a quién le importa lo que diga la oficialidad?
La secretaria del Tesoro, Bessent, comentó recientemente que la cobertura mediática de la economía ha frustrado a la administración, especialmente mientras las cifras de las encuestas disminuyen y el coste de vida sigue siendo obstinadamente elevado. La desconexión entre el mensaje económico oficial y la percepción pública continúa ampliándose, con los hogares aún sintiendo la presión de una inflación persistente. Esta tensión entre la retórica política y la realidad a pie de calle crea un telón de fondo interesante para los mercados de activos. Cuando los funcionarios gubernamentales rechazan las narrativas económicas, a menudo indica preocupaciones subyacentes sobre la confianza del consumidor, un factor que repercute en los activos de riesgo, incluida la criptografía. La brecha entre lo que muestran los datos y lo que la gente experimenta en sus bolsillos sigue siendo una variable clave para quienes observan el sentimiento del mercado.