Las reglas del juego en este mundo son muy crueles: si no tienes fichas en la mano, el sistema no dejará de exprimirte hasta la última gota de sangre.

Cuanto menos dinero tienes, más impuesto a la ignorancia pagas; cuanto más dinero y recursos tienes, más te buscan por sí solos. El efecto Mateo no es un cuento motivacional, es la realidad desnuda: los fuertes se llevan todo, los débiles ni siquiera pueden probar la sopa.

¿Qué hacer cuando entiendes esta lógica? Quejarse no sirve de nada, la única salida es cambiar tu posición en la cadena alimentaria. Algunos eligen luchar a muerte en los sectores tradicionales, otros empiezan a posicionarse en activos para combatir la inflación—divisas duras como el oro, o aquellos activos en el mercado cripto con verdadero consenso.

La inversión periódica no es una cuestión de fe, es un arma para combatir la volatilidad con el tiempo. Mientras la mayoría aún se angustia por las facturas, unos pocos ya están asegurando su futuro con el dinero que les sobra.