Esta medianoche se publicará un dato bastante clave: la expectativa de inflación a 1 año de la Reserva Federal de Nueva York para noviembre. La última vez se situó en el 3,24%. Este número puede parecer poco llamativo, pero influye considerablemente en la evolución del oro, y de rebote también afecta a activos como la plata y el petróleo.

Veamos los dos posibles escenarios:

Si la expectativa de inflación sube, el mercado pensará que la Reserva Federal tendrá que mantener los tipos de interés altos. Es muy probable que suban los rendimientos de los bonos estadounidenses y el índice del dólar. Para el oro, que no genera intereses, el aumento del coste de mantenimiento puede provocar una caída a corto plazo. Si el precio del oro no aguanta los niveles clave, podría desencadenarse una venta en cadena.

Por el contrario, si la expectativa de inflación baja, aumentarán las apuestas por recortes de tipos el año que viene, y tanto los rendimientos de los bonos como el dólar tenderán a debilitarse. En ese caso, el oro aprovecharía tanto su carácter de protección frente a la inflación como su sensibilidad a los tipos de interés, pudiendo iniciar una nueva fase alcista. Si además aumenta el volumen de negociación, las probabilidades de romper resistencias superiores serían aún mayores.

Un detalle a no pasar por alto: el oro es el referente de todo el sector de metales preciosos. Si el oro se mueve, la plata lo sigue, y normalmente su volatilidad es aún mayor. Así que tras la publicación del dato de esta noche, es probable que la plata registre oscilaciones aún más fuertes.

Para el mercado cripto, este tipo de datos macroeconómicos también son relevantes, ya que la evolución del dólar y el sentimiento de aversión al riesgo influyen indirectamente en el comportamiento de Bitcoin y otras criptomonedas principales.