Un protocolo DeFi que se disparó hasta los $1.300 millones en TVL ahora se enfrenta a serias dudas sobre su credibilidad. Afirmaciones previas sobre el “riesgo de contagio cero” han sido retiradas discretamente, y las publicaciones originales han desaparecido misteriosamente de las redes sociales—aunque las capturas de pantalla no mienten.

El token nativo del proyecto se ha desplomado hasta $0,22, marcando un nuevo mínimo. Pero los críticos argumentan que incluso eso es generoso dada la controversia que se está gestando. ¿El problema central? Acusaciones de que la arquitectura de bóvedas aisladas no era tan aislada después de todo. Cuando supuestamente los fondos de los depositantes se rehipotecan tras las cortinas mientras el material promocional proclama “tus activos permanecen separados”, ese es exactamente el manual que ha hundido a plataformas en el pasado.

Borrar pruebas rara vez ayuda. Especialmente cuando la comunidad DeFi ha desarrollado de forma colectiva una memoria muscular para archivar todo. Los holders de JUP y el ecosistema en general ahora observan atentamente para ver si esto es un malentendido o algo peor. En cualquier caso, las cifras de TVL no significan nada si la confianza se evapora.