Esto va mucho más allá de lo que sucedió con aquel intercambio. Lo que estamos viendo es que la UE está implementando un plan integral para remodelar el comercio de criptomonedas.

¿Sus objetivos? Límites al apalancamiento, topes a la exposición en derivados, operaciones de plataformas offshore y prácticamente cualquier rincón del mercado que haya pasado desapercibido. El objetivo final está clarísimo: supervisión total, transparencia absoluta, cero puntos ciegos.

Cada operación, cada posición, cada cuenta offshore—quieren tenerlo todo bajo vigilancia. Estamos hablando de un cambio fundamental en la forma en que operan los mercados cripto no regulados en su jurisdicción. La pregunta no es si este marco se expandirá, sino cuán rápido y hasta dónde llegará.