¡Hermano, primero suelta las manos! No dejes que el dinero que tanto te costó ganar se evapore en el mercado.

Llevo nueve años metido en este mundillo, ¿y qué no habré visto ya? Lo más común es que los recién llegados, con su primer sueldo en la mano, se lancen de cabeza en un arrebato, pensando que pueden duplicarlo. El mes pasado conocí a un chaval que acababa de empezar a trabajar, tenía 800 euros y temblaba mientras miraba la pantalla de trading. Ni siquiera entendía la lógica básica de las subidas y bajadas, y ya estaba dispuesto a jugárselo todo. Le saqué fuera y nos sentamos a charlar: "Esto requiere cabeza, no es cuestión de adivinar, ¿a qué viene tanta prisa?"

¿Y el resultado? Tres meses después, su cuenta subió a 18.000 euros, y en menos de medio año superó los 30.000. ¿Que tuvo suerte? Cuando alguien lo dijo, le respondí directamente: "¿La suerte hace que uno no se asuste cuando pierde y no se vuelva loco cuando gana? Él tiene la disciplina grabada en la cabeza".

Hoy voy a compartir mi método principal: la "Regla de las Tres Carteras". Los que tengáis poco capital, recordad esto: esta estrategia es mucho más útil que obsesionarse con las velas del gráfico.

**Divide el dinero en tres partes, cada una tiene su función**

Supongamos que tienes 800 euros de capital. Jamás los metas todos de golpe jugándotelo a la suerte. Mi consejo es el siguiente:

- **Cartera de prueba, 30%** (240 euros): solo para monedas principales, cierra con un 2% arriba o abajo, no sueñes con llevarte todo el recorrido. Esta parte es para entrenar, coger sensaciones y ganar algo de calderilla.

- **Cartera principal, 40%** (320 euros): solo entra cuando la tendencia esté clara, mantén la posición de 3 a 7 días, busca un beneficio estable en la parte media del movimiento. No persigas subidas ni caces suelos, solo entra en oportunidades con alta certeza.

- **Cartera de reserva, 30%** (240 euros): guarda este dinero, ¡ni lo toques! Es tu salvavidas para situaciones extremas o riesgo de liquidación.

He visto a demasiada gente meter todos sus ahorros de una vez, volverse eufóricos y apalancarse cuando sube, o aguantar sin cortar pérdidas cuando baja. Al final