Últimamente he visto las operaciones de algunos amigos principiantes y, la verdad, me ponen los pelos de punta. Compran por intuición, aguantan las pérdidas sin cortar, y en cuanto tienen una pequeña ganancia, salen corriendo. Si sigues jugando así, antes o después el mercado te dará una lección.

Al operar con contratos o hacer trading, puedes tener impulsos, pero no conviertas tu cuenta en una ficha desechable. Sobrevivir a largo plazo en este mercado no depende de tener suerte un par de veces, sino de pensar antes de cada operación: ¿cuánto estoy dispuesto a perder?

¿La gestión del riesgo te parece aburrida? En realidad, es simplemente ponerle una válvula de seguridad a tu operativa.

Por ejemplo. Supón que tienes 50.000 USDT y unos ingresos mensuales de 1.000 euros. Lo ideal sería que las pérdidas mensuales por trading no superen los 2.000 euros; es decir, menos del 20% de tus ingresos mensuales y el 4% de tu capital total. Así, aunque cometas varios errores seguidos, tu cuenta no sufrirá un daño grave y podrás seguir operando.

Los traders con experiencia suelen limitar el riesgo por operación a menos del 2%. Si en un mes acumulan pérdidas superiores al 10%, hacen una pausa. Se toman unos días para reflexionar y analizar en qué han fallado, en vez de dejarse llevar por el calentón y seguir forzando.

Otro aspecto fácil de pasar por alto: la tolerancia psicológica. Por perfectos que sean los indicadores técnicos, somos seres emocionales. Si te pones un límite de pérdida de 2.000 y acabas mirando la pantalla cada noche hasta perder el sueño, es que esa cantidad ya supera tu zona de confort. No fuerces la máquina, baja el límite a un nivel que realmente puedas asumir.

El trading no es jugarse la vida, es un juego de probabilidades. Los verdaderamente buenos no son los que lo apuestan todo para intentar recuperarse de una vez, sino los que tienen la capacidad de seguir sentados a la mesa de juego.