Puede que hayas notado que últimamente abundan las noticias sobre una posible bajada de tipos en diciembre. Según los datos del CME, la probabilidad de que la Reserva Federal recorte 25 puntos básicos ha subido hasta el 89,2%, lo que prácticamente lo da por hecho. Grandes bancos como Goldman Sachs y JPMorgan están apostando por el recorte, y Bank of America incluso se muestra más agresivo: prevé que para mediados del año que viene los tipos bajen hasta el rango del 3%-3,25%.

¿Qué significa esto para el mundo cripto? Primero, la parte positiva. Si bajan los tipos, tener activos como Bitcoin —que no generan intereses— ya no “duele” tanto; en otras palabras, el coste de oportunidad disminuye. Mirando atrás, en la bajada de tipos de septiembre, Bitcoin se disparó hasta casi 117.000 dólares y Ethereum superó los 4.600. Ahora, muchos piensan que si realmente bajan los tipos en diciembre, Bitcoin podría iniciar una nueva subida fuerte, y algunos incluso hablan de un objetivo de 130.000 dólares para finales de año. Además, productos como el ETF de Solana empiezan a atraer dinero institucional, lo que significa que la liquidez extra está en camino.

Pero no te emociones demasiado. El problema es que el mercado ya ha descontado casi por completo esta expectativa; es decir, el precio ya refleja el posible beneficio de la bajada de tipos. Cuando llegue la reunión del 10 de diciembre y se confirme la decisión, podría incluso producirse una venta tras el anuncio, el típico “compra con el rumor, vende con la noticia”. Y eso sin contar la incertidumbre de la situación geopolítica o las acciones regulatorias. SOL ya fue un ejemplo: a pesar del contexto de bajada de tipos, cayó un 14% en una semana. Y ni hablar de las altcoins, aún más sensibles a los flujos de capital y con movimientos más exagerados que los de las monedas principales.

En resumen, el recorte de tipos es muy probable, pero hacia dónde irá el mercado dependerá de la reacción real del dinero.