Las decisiones sobre los tipos de interés del Banco de Japón podrían ser actualmente la bomba de relojería más peligrosa para los mercados globales.

Durante años, Japón ha mantenido políticas de tipos de interés cero o incluso negativos, convirtiéndose en una "máquina de imprimir dinero" para los arbitrajistas de todo el mundo. Las instituciones se endeudan en yenes a bajo interés, los convierten en dólares estadounidenses y los invierten en acciones estadounidenses, bonos, mercados emergentes y criptomonedas: SOL, XRP, BNB y otros activos populares han absorbido este festín de liquidez. Esto es el clásico "carry trade con yenes": préstamos de bajo coste + activos de alto rendimiento, obteniendo jugosos beneficios por el diferencial de tipos.

Pero si el Banco de Japón realmente pulsa el botón de subir los tipos, las reglas del juego cambiarán de la noche a la mañana. El coste de endeudarse en yenes aumenta bruscamente, el margen para el arbitraje se reduce o incluso desaparece. Los tenedores de capital tendrán que empezar a cerrar posiciones: vender acciones, bonos y criptoactivos para recomprar yenes y devolver los préstamos. Al mismo tiempo, el propio yen se apreciará por el aumento de la demanda, lo que amplificará aún más la presión para cerrar posiciones; esto es el temido "espiral mortal del desapalancamiento", similar a la ola de liquidaciones globales tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008.

Este tipo de riesgo estructural es más letal que la volatilidad de un solo mercado. El verdadero poder destructivo suele esconderse en el instante en que el apalancamiento se desploma en sentido contrario.