En este libro que satisface las necesidades de la época, Sogyal Rinpoche discute en profundidad cómo comprender el verdadero significado de la vida, cómo aceptar la muerte y cómo ayudar a los moribundos y a los fallecidos.
Donde hay vida, hay muerte; tarde o temprano, todos deben enfrentar la muerte. Mientras estamos vivos, podemos enfrentar la muerte de dos maneras: ignorándola o enfrentando nuestra propia muerte, reduciendo el sufrimiento que la muerte puede traer a través de una reflexión clara sobre ella. Sin embargo, ninguno de estos métodos nos permite realmente superar la muerte. Como budista, veo la muerte como un proceso natural. Mientras viva en este mundo, la muerte es inevitable. Una vez que acepté que no puedo escapar de la muerte, ya no tengo motivos para preocuparme. Prefiero ver la muerte como el desgaste de un vestido que debe ser reemplazado, en lugar de un final. Sin embargo, la muerte sigue siendo impredecible: no sabemos cuándo ni cómo moriremos. Por lo tanto, es necesario hacer cierta preparación antes de que la muerte realmente ocurra.
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En este libro que satisface las necesidades de la época, Sogyal Rinpoche discute en profundidad cómo comprender el verdadero significado de la vida, cómo aceptar la muerte y cómo ayudar a los moribundos y a los fallecidos.
Donde hay vida, hay muerte; tarde o temprano, todos deben enfrentar la muerte. Mientras estamos vivos, podemos enfrentar la muerte de dos maneras: ignorándola o enfrentando nuestra propia muerte, reduciendo el sufrimiento que la muerte puede traer a través de una reflexión clara sobre ella. Sin embargo, ninguno de estos métodos nos permite realmente superar la muerte.
Como budista, veo la muerte como un proceso natural. Mientras viva en este mundo, la muerte es inevitable. Una vez que acepté que no puedo escapar de la muerte, ya no tengo motivos para preocuparme. Prefiero ver la muerte como el desgaste de un vestido que debe ser reemplazado, en lugar de un final. Sin embargo, la muerte sigue siendo impredecible: no sabemos cuándo ni cómo moriremos. Por lo tanto, es necesario hacer cierta preparación antes de que la muerte realmente ocurra.