En el mercado de criptomonedas, después de tanto tiempo luchando, he descubierto una verdad: la riqueza nunca vendrá a buscarte, hay que ir a por ella.

Mi trabajo diario consiste en monitorear el mercado, investigar proyectos y leer libros blancos, y el objetivo es muy simple: anticipar y posicionarme en aquellas criptomonedas que están subestimadas antes de que todos lo noten. ¿Por qué hago esto? Porque tengo un grupo de amigos que confían en mí y debo estar a la altura de esa confianza.

Tomemos como ejemplo reciente. Cuando la moneda X cayó a alrededor de 0.08, el mercado estaba lleno de lamentos, y muchas personas ya habían vendido con pérdidas. Pero al observar detenidamente los aspectos técnicos y fundamentales, descubrí que este nivel estaba prácticamente en el fondo, y que el espacio para caer más era muy limitado.

En este momento hay que hacer cuentas: ¿cuánto más puede caer? ¿Un máximo de un 10%-15% más? Pero, ¿y si se recupera? Duplicar no es un sueño. Con esta relación de ganancias y pérdidas delante de nosotros, no subirse al tren es realmente perder.

Así que decidí invertir con firmeza. Comprar a la baja en contra de la tendencia no es cuestión de valentía, sino de juicio sobre el mercado y control del riesgo.