Ya nos hemos acostumbrado a utilizar materiales en papel para demostrar quiénes somos en el mundo real.
Un extracto bancario, un informe de crédito, una conclusión de una revisión manual...
Estos documentos aparentemente formales deciden si una persona puede obtener un préstamo o ganar confianza, pero a menudo son frágiles, fáciles de perder y dependen del juicio de unas pocas instituciones.
El crédito real, en realidad, es mucho más rico que estos documentos; abarca cada vez que una persona cumple un acuerdo, cada decisión, cada reembolso puntual. Sin embargo, en los sistemas tradicionales, e
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