El oro ha estado atrapado en un rango lateral desde mayo, consecuencia de motores congelados. Después del rally vertical hasta el ATH, el mercado ya había descontado el ciclo de relajación de la Fed y una fuerte demanda del banco central. A partir de ahí, la situación alcanzó un plateau: los rendimientos reales en EE.UU. y el dólar están restringidos, las expectativas de inflación son inciertas y el ritmo de los recortes de tasas sigue siendo poco claro. En estas condiciones, el oro no tiene ni nuevo impulso alcista ni razón para una profunda caída.
Para salir del rango lateral, se necesita un
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