6 de noviembre, los tres principales índices bursátiles de EE. UU. no lograron continuar con la tendencia de volatilidad previa, cerrando todos en baja, y aumentando así el temor de los inversores a la protección. Las acciones tecnológicas se convirtieron en el principal peso que arrastró al mercado, y esta caída en el sector tecnológico está estrechamente relacionada con la tormenta de interpretaciones en torno a las declaraciones de altos ejecutivos de OpenAI, en medio de una discusión sobre la posible “burbuja de IA”. La directora financiera Sarah Friar indicó que la compañía está buscando construir un ecosistema respaldado por bancos, fondos de capital privado y el gobierno federal para financiar sus grandes inversiones en chips, poniendo el foco en el tema de la “burbuja de IA”.
Escenario de sangría en acciones tecnológicas: AMD lidera la caída del Nasdaq con una bajada del 1.9%
(Fuente: Google)
Desde el análisis sectorial, las acciones tecnológicas fueron las principales responsables de la caída del mercado. AMD cayó más del 7%, siendo la acción con mayor descenso en el sector tecnológico. Como segundo mayor fabricante mundial de CPU y GPU, la fuerte caída de AMD refleja las preocupaciones del mercado sobre las perspectivas de la industria de semiconductores. Tesla, Nvidia e Intel cayeron más del 3%, representando los sectores de vehículos eléctricos, chips de IA y semiconductores tradicionales, respectivamente. La caída simultánea de estas empresas muestra que la venta en tecnología es generalizada y no específica de un subsector.
Meta, Oracle y Amazon bajaron más del 2%, mientras que Microsoft y TSMC cayeron más del 1%, y Apple también registró ligeras bajadas. Meta y Microsoft son grandes inversores en IA, y su caída está directamente relacionada con las preocupaciones sobre la posible “burbuja de IA” generadas por las declaraciones de OpenAI. Oracle, como gigante del software empresarial, también está expandiendo su presencia en la computación en la nube y la infraestructura de IA. Amazon, con su AWS, el mayor proveedor de servicios en la nube del mundo, ha visto crecer la demanda de computación de IA en los últimos años. TSMC, como la mayor fundición de chips del mundo, produce chips de IA para Nvidia, AMD y otros, por lo que su caída refleja dudas sobre la sostenibilidad de la demanda de chips de IA.
El Nasdaq cayó un 1.9%, la mayor caída en un solo día en tiempos recientes. Como índice centrado en tecnología, incluye a gigantes como Apple, Microsoft, Nvidia, Meta y Amazon, cuya gran participación en la capitalización total del Nasdaq hace que su caída colectiva impacte significativamente en el índice. Desde el punto de vista técnico, una caída del 1.9% puede haber roto soportes clave, lo que podría desencadenar ventas técnicas adicionales.
En contraste con la tendencia general de las acciones tecnológicas en EE. UU., las acciones chinas de tendencia similar mostraron resultados mixtos, con el índice Nasdaq Golden Dragon China cerrando apenas un 0.03% a la baja, mostrando una resistencia relativa. Entre las principales, Xpeng subió un 9.6%, Baidu un 3%, Alibaba un 1.8%, Tencent un 1.5%. La buena actuación de algunas de estas empresas puede reflejar que las valoraciones de las acciones tecnológicas chinas ya son relativamente bajas y que reaccionan menos a las noticias negativas en comparación con las tecnológicas estadounidenses.
Comentarios de Sarah Friar en OpenAI generan pánico por burbuja de IA
La reciente caída de las acciones tecnológicas está estrechamente vinculada a una controversia en el mercado: las declaraciones de altos ejecutivos de OpenAI generaron una tormenta de interpretaciones, sumándose a las señales de deterioro en el mercado laboral estadounidense, lo que llevó a que varias de las principales acciones tecnológicas volvieran a caer en conjunto. Según informes, Sarah Friar, directora financiera de OpenAI, afirmó en un evento que la compañía busca construir un ecosistema respaldado por bancos, fondos de capital privado y el gobierno federal para “garantizar” o “resguardar” sus grandes inversiones en chips, con el fin de financiar sus proyectos.
Estas declaraciones rápidamente pusieron en el centro de atención el tema de la “burbuja de IA”, e incluso algunos interpretaron que el gobierno de EE. UU. estaría asumiendo la responsabilidad de los gigantes de IA, lo que generó preocupaciones sobre la valoración del sector. La lógica de estas interpretaciones es: si líderes del sector como OpenAI necesitan respaldo gubernamental, ¿significa esto que el modelo de negocio de la IA no puede sostenerse por sí solo? ¿Se está repitiendo la escena de “demasiado grande para quebrar” de la crisis financiera de 2008?
A medida que la controversia crecía, Friar emitió una aclaración el jueves, insistiendo en que OpenAI no busca que el gobierno garantice sus inversiones en infraestructura, y que el uso del término “garantía” fue un error de interpretación. Para calmar aún más los temores del mercado, el CEO de OpenAI, Sam Altman, publicó antes del cierre del jueves un extenso mensaje en el que respondió a varias inquietudes del mercado.
En resumen, Altman afirmó claramente que OpenAI no busca ni buscará que el gobierno respalde sus centros de datos, ni que tenga un estatus de “demasiado grande para quebrar”. Si la compañía no logra mantenerse operativa, simplemente cerrará. En cuanto a la gran inversión de 1.4 billones de dólares, respondió que la expectativa de ingresos anuales superará los 20 mil millones de dólares y alcanzará “miles de millones” en 2030; además, adelantó el lanzamiento de productos empresariales y su expansión en electrónica de consumo y robótica.
También explicó que la intención de los comentarios del CFO era promover que el gobierno de EE. UU. establezca una “reserva estratégica de capacidad computacional”, mediante acuerdos de compra masivos, para apoyar el desarrollo del sector, pero que esto debe servir al interés público y no beneficiar a una empresa privada en particular. Sin embargo, esta postura generó cierta desconexión en la opinión pública, ya que por un lado se insiste en que no se necesita respaldo gubernamental, y por otro se pide al gobierno que invierta en infraestructura de capacidad computacional.
Respecto a la postura del gobierno, David Sachs, asesor de inteligencia artificial en la Casa Blanca, afirmó el jueves que EE. UU. no ofrecerá rescates federales para la industria de IA, aunque también expresó que la Casa Blanca busca simplificar permisos y promover la generación de energía para apoyar el sector.
Deterioro del mercado laboral y ola de despidos de 150,000 personas
Además de la controversia en torno a OpenAI, las señales negativas en el mercado laboral estadounidense también pesaron en el ánimo del mercado. El jueves, el informe Challenger reportó que, debido a recortes de costos y la adopción de IA, los empleadores en EE. UU. redujeron más de 150,000 empleos en octubre, alcanzando el nivel más alto en más de veinte años para ese mes.
Este volumen de despidos en un solo mes es inusualmente alto. En comparación, durante el pico de despidos en el sector tecnológico en 2022, las cifras mensuales rondaron las 100,000. Lo preocupante es que las causas principales son la reducción de costos y la adopción de IA, lo que sugiere que el desarrollo de la inteligencia artificial podría estar sustituyendo empleos humanos a un ritmo más rápido que la creación de nuevos puestos.
Adam Schickling, economista senior de Vanguard, señaló que, aunque en el pasado estos informes no han sido muy precisos en sus predicciones sobre el mercado laboral, en el contexto actual de mercado laboral débil, estos despidos representan un riesgo mayor que los de 2022. En aquel entonces, los empleados despedidos rápidamente encontraron empleo en otros sectores, pero ahora la capacidad de reempleo es mucho menor.
Este deterioro en el mercado laboral impacta doblemente en las acciones tecnológicas: por un lado, los despidos reflejan una visión pesimista sobre las perspectivas de crecimiento, afectando las expectativas de ganancias; por otro, si la ola de desempleo causada por la IA genera problemas sociales, podría aumentar la regulación, elevando los costos de cumplimiento y limitando la operación de las empresas de IA.
Sectores tecnológicos en caída el 6 de noviembre
Semiconductores: AMD cae más del 7%, Nvidia e Intel más del 3%
Vehículos eléctricos: Tesla cae más del 3%
Gigantes de internet: Meta y Amazon caen más del 2%, Microsoft más del 1%, Apple ligeramente a la baja
Chips taiwaneses: TSMC cae más del 1%
Software empresarial: Oracle cae más del 2%
La Reserva Federal de EE. UU. en duda sobre recortes en diciembre, aumento de divergencias políticas
La incertidumbre en los datos de empleo e inflación ha profundizado las diferencias en las políticas de la Reserva Federal, poniendo en duda la posibilidad de recortes en diciembre. Este jueves, varios miembros del Fed expresaron opiniones divergentes respecto a la política de tasas. Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago y con voto en el FOMC, señaló que la falta de datos clave debido al cierre del gobierno hace que deba ser cauteloso con futuros recortes. En CNBC, afirmó que, en un escenario de datos inciertos, “es mejor ser prudente y desacelerar”.
Por otro lado, Beth Hammack, presidenta de la Fed de Cleveland y con voto en el FOMC, en un evento en la New York Economic Club, afirmó que la inflación sigue siendo una preocupación más apremiante que el mercado laboral débil, y que las tasas actuales están “casi sin restricciones”, por lo que la política monetaria debe seguir presionando la inflación.
Asimismo, John Williams, presidente de la Fed de Nueva York y considerado uno de los principales “doves” del banco central, afirmó en Frankfurt que la era de tasas bajas continúa, estimando una tasa neutral de aproximadamente 1%. Por su parte, Michael Barr, ex vicepresidente de supervisión financiera de la Fed y actual miembro del consejo, enfatizó que la Fed debe centrarse en “cómo garantizar un mercado laboral sólido”.
Estas diferencias reflejan un profundo desacuerdo interno en la Fed respecto a la trayectoria de recortes de tasas, lo que añade incertidumbre a la decisión de política en diciembre. Es importante recordar que, previamente, la Oficina de Estadísticas Laborales publicó datos de IPC de septiembre, con una inflación anual del 3%, por encima del objetivo del 2%. La publicación del índice de precios PCE, preferido por la Fed, dependerá de cuándo termine el cierre del gobierno.
Para las acciones tecnológicas, la incertidumbre sobre la política de la Fed aumenta el riesgo de inversión. Si en diciembre no se recortan las tasas, las tasas altas persistirán por más tiempo, afectando especialmente a las acciones con altas valoraciones. La valoración de estas acciones se basa en la expectativa de flujos de efectivo futuros descontados; cuando las tasas (el tipo de interés) suben, el valor presente de esos flujos disminuye, provocando una caída en los precios de las acciones.
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Las acciones tecnológicas sufren una "limpieza" nocturna, ¿OpenAI es el papel clave en esta tormenta?
6 de noviembre, los tres principales índices bursátiles de EE. UU. no lograron continuar con la tendencia de volatilidad previa, cerrando todos en baja, y aumentando así el temor de los inversores a la protección. Las acciones tecnológicas se convirtieron en el principal peso que arrastró al mercado, y esta caída en el sector tecnológico está estrechamente relacionada con la tormenta de interpretaciones en torno a las declaraciones de altos ejecutivos de OpenAI, en medio de una discusión sobre la posible “burbuja de IA”. La directora financiera Sarah Friar indicó que la compañía está buscando construir un ecosistema respaldado por bancos, fondos de capital privado y el gobierno federal para financiar sus grandes inversiones en chips, poniendo el foco en el tema de la “burbuja de IA”.
Escenario de sangría en acciones tecnológicas: AMD lidera la caída del Nasdaq con una bajada del 1.9%
(Fuente: Google)
Desde el análisis sectorial, las acciones tecnológicas fueron las principales responsables de la caída del mercado. AMD cayó más del 7%, siendo la acción con mayor descenso en el sector tecnológico. Como segundo mayor fabricante mundial de CPU y GPU, la fuerte caída de AMD refleja las preocupaciones del mercado sobre las perspectivas de la industria de semiconductores. Tesla, Nvidia e Intel cayeron más del 3%, representando los sectores de vehículos eléctricos, chips de IA y semiconductores tradicionales, respectivamente. La caída simultánea de estas empresas muestra que la venta en tecnología es generalizada y no específica de un subsector.
Meta, Oracle y Amazon bajaron más del 2%, mientras que Microsoft y TSMC cayeron más del 1%, y Apple también registró ligeras bajadas. Meta y Microsoft son grandes inversores en IA, y su caída está directamente relacionada con las preocupaciones sobre la posible “burbuja de IA” generadas por las declaraciones de OpenAI. Oracle, como gigante del software empresarial, también está expandiendo su presencia en la computación en la nube y la infraestructura de IA. Amazon, con su AWS, el mayor proveedor de servicios en la nube del mundo, ha visto crecer la demanda de computación de IA en los últimos años. TSMC, como la mayor fundición de chips del mundo, produce chips de IA para Nvidia, AMD y otros, por lo que su caída refleja dudas sobre la sostenibilidad de la demanda de chips de IA.
El Nasdaq cayó un 1.9%, la mayor caída en un solo día en tiempos recientes. Como índice centrado en tecnología, incluye a gigantes como Apple, Microsoft, Nvidia, Meta y Amazon, cuya gran participación en la capitalización total del Nasdaq hace que su caída colectiva impacte significativamente en el índice. Desde el punto de vista técnico, una caída del 1.9% puede haber roto soportes clave, lo que podría desencadenar ventas técnicas adicionales.
En contraste con la tendencia general de las acciones tecnológicas en EE. UU., las acciones chinas de tendencia similar mostraron resultados mixtos, con el índice Nasdaq Golden Dragon China cerrando apenas un 0.03% a la baja, mostrando una resistencia relativa. Entre las principales, Xpeng subió un 9.6%, Baidu un 3%, Alibaba un 1.8%, Tencent un 1.5%. La buena actuación de algunas de estas empresas puede reflejar que las valoraciones de las acciones tecnológicas chinas ya son relativamente bajas y que reaccionan menos a las noticias negativas en comparación con las tecnológicas estadounidenses.
Comentarios de Sarah Friar en OpenAI generan pánico por burbuja de IA
La reciente caída de las acciones tecnológicas está estrechamente vinculada a una controversia en el mercado: las declaraciones de altos ejecutivos de OpenAI generaron una tormenta de interpretaciones, sumándose a las señales de deterioro en el mercado laboral estadounidense, lo que llevó a que varias de las principales acciones tecnológicas volvieran a caer en conjunto. Según informes, Sarah Friar, directora financiera de OpenAI, afirmó en un evento que la compañía busca construir un ecosistema respaldado por bancos, fondos de capital privado y el gobierno federal para “garantizar” o “resguardar” sus grandes inversiones en chips, con el fin de financiar sus proyectos.
Estas declaraciones rápidamente pusieron en el centro de atención el tema de la “burbuja de IA”, e incluso algunos interpretaron que el gobierno de EE. UU. estaría asumiendo la responsabilidad de los gigantes de IA, lo que generó preocupaciones sobre la valoración del sector. La lógica de estas interpretaciones es: si líderes del sector como OpenAI necesitan respaldo gubernamental, ¿significa esto que el modelo de negocio de la IA no puede sostenerse por sí solo? ¿Se está repitiendo la escena de “demasiado grande para quebrar” de la crisis financiera de 2008?
A medida que la controversia crecía, Friar emitió una aclaración el jueves, insistiendo en que OpenAI no busca que el gobierno garantice sus inversiones en infraestructura, y que el uso del término “garantía” fue un error de interpretación. Para calmar aún más los temores del mercado, el CEO de OpenAI, Sam Altman, publicó antes del cierre del jueves un extenso mensaje en el que respondió a varias inquietudes del mercado.
En resumen, Altman afirmó claramente que OpenAI no busca ni buscará que el gobierno respalde sus centros de datos, ni que tenga un estatus de “demasiado grande para quebrar”. Si la compañía no logra mantenerse operativa, simplemente cerrará. En cuanto a la gran inversión de 1.4 billones de dólares, respondió que la expectativa de ingresos anuales superará los 20 mil millones de dólares y alcanzará “miles de millones” en 2030; además, adelantó el lanzamiento de productos empresariales y su expansión en electrónica de consumo y robótica.
También explicó que la intención de los comentarios del CFO era promover que el gobierno de EE. UU. establezca una “reserva estratégica de capacidad computacional”, mediante acuerdos de compra masivos, para apoyar el desarrollo del sector, pero que esto debe servir al interés público y no beneficiar a una empresa privada en particular. Sin embargo, esta postura generó cierta desconexión en la opinión pública, ya que por un lado se insiste en que no se necesita respaldo gubernamental, y por otro se pide al gobierno que invierta en infraestructura de capacidad computacional.
Respecto a la postura del gobierno, David Sachs, asesor de inteligencia artificial en la Casa Blanca, afirmó el jueves que EE. UU. no ofrecerá rescates federales para la industria de IA, aunque también expresó que la Casa Blanca busca simplificar permisos y promover la generación de energía para apoyar el sector.
Deterioro del mercado laboral y ola de despidos de 150,000 personas
Además de la controversia en torno a OpenAI, las señales negativas en el mercado laboral estadounidense también pesaron en el ánimo del mercado. El jueves, el informe Challenger reportó que, debido a recortes de costos y la adopción de IA, los empleadores en EE. UU. redujeron más de 150,000 empleos en octubre, alcanzando el nivel más alto en más de veinte años para ese mes.
Este volumen de despidos en un solo mes es inusualmente alto. En comparación, durante el pico de despidos en el sector tecnológico en 2022, las cifras mensuales rondaron las 100,000. Lo preocupante es que las causas principales son la reducción de costos y la adopción de IA, lo que sugiere que el desarrollo de la inteligencia artificial podría estar sustituyendo empleos humanos a un ritmo más rápido que la creación de nuevos puestos.
Adam Schickling, economista senior de Vanguard, señaló que, aunque en el pasado estos informes no han sido muy precisos en sus predicciones sobre el mercado laboral, en el contexto actual de mercado laboral débil, estos despidos representan un riesgo mayor que los de 2022. En aquel entonces, los empleados despedidos rápidamente encontraron empleo en otros sectores, pero ahora la capacidad de reempleo es mucho menor.
Este deterioro en el mercado laboral impacta doblemente en las acciones tecnológicas: por un lado, los despidos reflejan una visión pesimista sobre las perspectivas de crecimiento, afectando las expectativas de ganancias; por otro, si la ola de desempleo causada por la IA genera problemas sociales, podría aumentar la regulación, elevando los costos de cumplimiento y limitando la operación de las empresas de IA.
Sectores tecnológicos en caída el 6 de noviembre
Semiconductores: AMD cae más del 7%, Nvidia e Intel más del 3%
Vehículos eléctricos: Tesla cae más del 3%
Gigantes de internet: Meta y Amazon caen más del 2%, Microsoft más del 1%, Apple ligeramente a la baja
Chips taiwaneses: TSMC cae más del 1%
Software empresarial: Oracle cae más del 2%
La Reserva Federal de EE. UU. en duda sobre recortes en diciembre, aumento de divergencias políticas
La incertidumbre en los datos de empleo e inflación ha profundizado las diferencias en las políticas de la Reserva Federal, poniendo en duda la posibilidad de recortes en diciembre. Este jueves, varios miembros del Fed expresaron opiniones divergentes respecto a la política de tasas. Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago y con voto en el FOMC, señaló que la falta de datos clave debido al cierre del gobierno hace que deba ser cauteloso con futuros recortes. En CNBC, afirmó que, en un escenario de datos inciertos, “es mejor ser prudente y desacelerar”.
Por otro lado, Beth Hammack, presidenta de la Fed de Cleveland y con voto en el FOMC, en un evento en la New York Economic Club, afirmó que la inflación sigue siendo una preocupación más apremiante que el mercado laboral débil, y que las tasas actuales están “casi sin restricciones”, por lo que la política monetaria debe seguir presionando la inflación.
Asimismo, John Williams, presidente de la Fed de Nueva York y considerado uno de los principales “doves” del banco central, afirmó en Frankfurt que la era de tasas bajas continúa, estimando una tasa neutral de aproximadamente 1%. Por su parte, Michael Barr, ex vicepresidente de supervisión financiera de la Fed y actual miembro del consejo, enfatizó que la Fed debe centrarse en “cómo garantizar un mercado laboral sólido”.
Estas diferencias reflejan un profundo desacuerdo interno en la Fed respecto a la trayectoria de recortes de tasas, lo que añade incertidumbre a la decisión de política en diciembre. Es importante recordar que, previamente, la Oficina de Estadísticas Laborales publicó datos de IPC de septiembre, con una inflación anual del 3%, por encima del objetivo del 2%. La publicación del índice de precios PCE, preferido por la Fed, dependerá de cuándo termine el cierre del gobierno.
Para las acciones tecnológicas, la incertidumbre sobre la política de la Fed aumenta el riesgo de inversión. Si en diciembre no se recortan las tasas, las tasas altas persistirán por más tiempo, afectando especialmente a las acciones con altas valoraciones. La valoración de estas acciones se basa en la expectativa de flujos de efectivo futuros descontados; cuando las tasas (el tipo de interés) suben, el valor presente de esos flujos disminuye, provocando una caída en los precios de las acciones.